La aventura de José Quiles en los Juegos de París se acabó en los cuartos de final. El boxeador de Elda se queda al borde de las medallas después de caer en los cuartos de final ante el uzbeko Khalokov en un combate mucho más igualado de lo que dicen las cartulinas de los jueces. Que iba a ser casi imposible alcanzar las semifinales se vio desde el primer asalto, que los jueces valoraron de manera unánime para el uzbeko, aunque Quiles había conseguido mandar en el comienzo y en ningún momento se vio superado por su rival.
Pero Khalokov es el número uno del ranking mundial y eso siempre pesa en el ánimo de los jueces, que repitieron su veredicto en el segundo asalto, aunque las circunstancias habían sido parecidas a las del primero. El uzbeko era consciente de su superioridad en las puntuaciones y desde el segundo asalto se dedicó a administrar esa ventaja. Se agarraba mucho el uzbeko, que no quería que Quiles se metiera en la distancia para hacer llegar sus golpes.
El español llegaba castigado del combate anterior, con toda la zona del ojo izquierdo amoratada. Él mismo recordaba en los días anteriores que no recordaba nada de su combate contra Sabyrkhyan después del primer asalto.
Pero Quiles tenía una cuenta pendiente con los Juegos después de que en Tokio fuera eliminado en la primera ronda. Se ha sacado la espina en Paris, pero no del todo. En el último asalto sólo le quedaba la opción de un KO para llegar a las medallas. Pero si en el segundo asalto Khalokov no quería pelear, en el tercero los agarrones se multiplicaron. Quiles se desesperaba con el árbitro, haciendo evidentes los agarrones del uzbeko. Pero no hubo consecuencias. Los jueces volvieron a dar ganador a Khalokov en el tercero y sólo uno, para disimular, dio ganador al español en el tercero.
Nada que pudiera cambiar el destino de Quiles. Se vuelve a casa por decisión unánime de los jueces.