La Policía Nacional ha arrestado a un ladrón de largo historial que había sembrado el pánico en numerosos locales de juegos de Madrid. El tipo se volvió más activo durante la pasada Eurocopa, al pensar que las apuestas se multiplicarían por el torneo y las cajas de estos establecimientos estarían a rebosar. En total, se embolsó 20.000 euros , hasta que este 12 de julio el Grupo Especial de Operaciones (GEO) le echó el guante. La investigación, bautizada operación Mariachi, se inició a principios de junio cuando se recibieron denuncias de varios atracos en salones recreativos de distintos puntos de la Comunidad de Madrid. Tras analizar toda la documentación, los agentes tuvieron conocimiento de que podría tratarse del mismo autor puesto que el 'modus operandi' era similar. Vieron que los siete casos registrados se esparcían en el tiempo. Hubo uno primero en abril, otro en mayo y los cinco restantes en junio, con motivo del campeonato europeo de fútbol. Fuentes del caso explican a ABC que el encartado siempre realizaba una pequeña vigilancia previa sobre el establecimiento, que fundamentalmente consistía en comprobar que lo regentaba una mujer. Pensaba que ese tipo de víctimas eran más vulnerables y fáciles de amedrentar. Tras esa primera 'visita', ya entraba en las casas de apuestas con ropa oscura y se dirigía a las empleadas simulando ser un repartidor o el revisor de los extintores. Entonces, sacaba un cuchillo (en aquellos casos en los que las mujeres opusieron más resistencia) y las amenazaba para que abrieran la caja y llevarse todo el dinero posible. Actuó en el Corredor del Henares: Torrejón, Guadalajara y cinco veces en Alcalá. El sujeto, que es español, tiene 51 años y un largo currículum criminal con delitos contra las personas y contra el patrimonio, en ocasiones dejaba una nota manuscrita a las víctimas. En ella manifestaba que pertenecía a un grupo criminal: «No te juegues la vida, esta tarde vuelvo otra vez», rezaba la pequeña misiva. La peligrosidad de este criminal no solo la muestran sus antecedentes o el hecho de que fuera el GEO el que tuviera que apresarle; durante los atracos, en caso de no cumplir sus propósitos, no dudaba en emplear la violencia, llegando a golpear a una mujer fuertemente contra el mostrador. Le causó lesiones que precisaron asistencia sanitaria. En uno de los asaltos de Alcalá de Henares, encerró a la empleada en el aseo para asegurar su huida. Pero pronto fue identificado y detenido. En su casa se intervinieron más de 2.000 euros en efectivo, tres teléfonos móviles, un machete y diversas drogas. Ha ingresado en prisión.
