El 28 de noviembre de 2020, Alianza Lima enfrentó uno de los momentos más difíciles de su historia al caer ante Sport Huancayo en el Estadio Nacional y perder la categoría. Pese a lo ocurrido en un inicio, posteriormente el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) revocó esta decisión debido a algunos incumplimientos de otros equipos durante la temporada, lo que permitió que el cuadro íntimo sumara más puntos y se mantuviera en primera. Uno de los jugadores que integraba ese plantel era Beto Da Silva.
El exjugador de la selección peruana llegó a Alianza Lima como uno de los principales refuerzos, pero no tuvo mucho protagonismo y terminó quedando relegado del equipo principal. En una entrevista para ‘Cojo y Manco', con el comentarista deportivo Horacio Zimmermann, el atacante nacional contó cómo afrontó ese duro momento en su carrera.
El delantero fue consultado sobre si la situación pasó a mayores luego de perder la categoría o si recibió algunas amenazas después. Da Silva respondió que no pasó por ello, pero precisó que el enojo sumado al dolor del aficionado de Alianza Lima era entendible.
"Sobrepasó un poco los límites, era de esperarse. Había mucho enojo. Yo me acuerdo el último partido en el estadio que no nos salía nada, yo me acuerdo que Marcio Valverde nos metió un gol casi desde la media cancha y la metió al ángulo. Le pregunté cómo pateó así y me dijo que solo lo hizo. Era mucha saladera junta. Había dolor más enojo. Hubo una foto en la que el profe Ahmed con la aparece con la camiseta volteada, él no la había volteado, fue el chófer del bus que nos dijo eso porque sino los hinchas nos iban a reventar el carro", manifestó.
El exjugador de César Vallejo confesó que tuvo que quedarse en su casa varios meses sin poder salir porque no quería cruzarse con nadie. Además, contó que apagó todas sus redes y desinstaló las aplicaciones de su celular.
"El enojo del hincha era inevitable, yo me quedé en la casa meses sin salir, no solamente yo, sino que también varios jugadores. En ese tiempo seguía lo de la pandemia y eso nos ayudó a que quizás no nos presionen tanto. No salí por meses, además apagué las redes y todo. Si bien es cierto que nunca llegaron a nosotros, pero yo entendía la molestia y prefería no cruzarme a nadie en la calle. Borré todas las aplicaciones, no quería ver nada", agregó.
