Echo en falta que España no sea el país que lidere la exigencia de honradez, legalidad y transparencia al régimen autoritario de Nicolás Maduro, porque al inhibirse y no dar el paso al que obligan la ética y la decencia, el gobierno de Sánchez le impide a España cumplir el rol que le correspondería en un contexto global enrarecido por las guerras, los populismos, el narcotráfico y la banalidad como espectáculo. Es el momento internacional de España, porque ni Francia ni Estados Unidos están en condiciones de plantarse ahora mismo ante el tirano bolivariano. ¿Por qué Pedro Sánchez no es tan rotundo como Felipe González o Josep Borrell? ¿Por qué no anuncia que España no reconocerá los resultados hasta que...
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