Con todos los ojos puestos en cada dólar de las reservas del Banco Central, desde el Gobierno le transmitieron al mercado que hay que empezar a mirar un nuevo factor cambiario: la balanza comercial energética, esto es, el superávit entre exportaciones e importaciones de energía.
Además de la liquidación del agro y los dólares de la soja, una nueva variable a mirar serán los "petrodólares", sobre todo en un contexto donde también se prevén inversiones históricas en materia energética.
De hecho, algunas estimaciones privadas indican que las exportaciones de energía podrían cerrar 2024 en u$s 9.679 millones.
En un encuentro con las principales sociedades de bolsa, el ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, les transmitieron que el déficit energético fue uno de los causantes de la pérdida de reservas en el bimestre junio-julio, en uno de los inviernos más fríos y de mayor consumo de la década. Del otro lado, anticiparon que a partir de septiembre iba a comenzar a revertirse, y la balanza comercial energética volverá a cerrar superavitaria después de 14 años.
En el primer semestre de este año la balanza comercial energética alcanzó un superávit de u$s 2.758 millones, producto del aumento de las exportaciones y de la baja de importaciones. Es el saldo comercial más elevado desde 2006.
Según la consultora Economía y Energía, las exportaciones de Combustibles y Energía alcanzaron el nivel más elevado de las últimas dos décadas, ubicándose un 42% por encima del promedio entre 2005 y 2014. También resaltó que en el primer semestre las importaciones energéticas cayeron 28% interanual. Fue el valor más bajo desde el 2009, excluyendo al 2020, año de la pandemia.
Hacia adelante, las estimaciones varían. La Secretaría de Energía espera que la balanza energética cierre positiva en u$s 3800 millones, mientras que para 2025 sumará u$s 7.500 millones.
Una proyección similar hace el consultor Daniel Gerold: estima que las exportaciones en 2024 cerrarán en u$s 8900 millones, y las importaciones en u$s 4900 millones. En diálogo con El Cronista, Gerold explicó: "Recientemente actualicé los pronósticos debido a la recesión tan importante que reduce importaciones, y deja algún saldo exportable mayor. Dependiendo de varios factores, podría estar entre u$s 3800 y 4000 millones".
En la misma línea, Daniel Dreizzen, de Aleph Energy, estimó un saldo positivo para el 2024 de u$s 4221 millones. En exportaciones, el mayor impacto lo tiene el petróleo, que pasa de exportarse en 2023 u$s 3886 millones a u$s 5409 millones este año. Dado que los precios no variaron, la suba se explica por el aumento de las cantidades. Del lado de las importaciones, la mayor caída se observa en el GNL. El año pasado se importó u$s 1795 millones, mientras que este año podría cerrar en u$s 620 millones.
Hay otras proyecciones un poco más optimistas. Para Daniel Montamat, ex secretario de Energía, el superávit energético podría cerrar entre u$s 6000-7000 millones para 2024.
Desde Economía y Energía estimaron que el superávit comercial energético superará los u$s 5.000, gracias a un incremento de las exportaciones superior a los u$s 1.700 millones y a una disminución de las importaciones de casi u$s 3.300 millones. Las exportaciones de energía podrían cerrar el 2024 en u$s 9.679 millones.
Para tomar una dimensión de la magnitud de la balanza comercial energética, basta mirar con el resultado total de la economía en 2023. Con exportaciones de casi u$s 67 mil millones e importaciones de casi u$s 74 mil millones, la economía cerró con déficit comercial en u$s 6.926 millones. Por lo que la energía podría revertir esta situación.
Estos datos no incluyen los dólares de las inversiones. Según una presentación que hizo el Gobierno en Nueva York, con el RIGI solamente aplicado al sector energético hay oportunidades por u$s 54.000 millones. Sólo en petróleo, Dreizzen estima que el 2024 cerrará con inversiones de u$s 8500 millones, el dato más alto de la década.