La fase de liguilla se va acercando a su fin pero, lejos de aclararse, el grupo A del torneo sigue siendo una madeja difícil de deshacer. Los Hispanos cayeron frente a Alemania (31-33) y se complicaron el pase a cuartos. Aunque, eso sí, todavía dependen de sí mismos para lograrlo.
Con esta igualdad, cualquier pequeño detalle te puede encumbrar o condenar. A la falta de capacidad recuperadora española se unieron una serie de detalles afortunados par parte de los alemanes. Un robo de balón de Dani Dujshebaev que se escapa. Un pase filtrado que rebota en cuatro jugadores y cae a las manos de Knorr -hizo muchísimo daño desde el centro- para “fusilar” a Gonzalo. Un tiro que da en el palo y, en vez de salir hacia fuera, le da en el pie al portero y entra.
De hecho, durante la primera mitad no hubo un solo golpe de fortuna para el equipo español. Además, los germanos tuvieron un punto más de intensidad -y, sobre todo, consistencia- que les dieron cierta ventaja sobre los españoles, que iban más bien a arreones. Capaces de echar abajo de golpe una diferencia de tres goles y luego encadenar cuatro acciones de pérdida y gol en contra. Con todo, el marcador estaba muy vivo al descanso con un 20-18 que lo dejaba todo por hacer.
Pero con un parcial de 2-0, España igualaba el marcador en la segunda parte. Y, más allá de lo extraño de ver un gol de espaldas como el que hizo Golla, los Hispanos sí combinaron un ataque más fluido con una defensa mucho más sólida. Eso forzó superioridades -que, además, se aprovecharon con una Aleix Gómez muy fino en sus decisiones- y logró que los nuestros le diesen la vuelta al marcador.
Y, cuando tuvo hasta varias opciones para ponerse con tres de ventaja, volvieron a llegar las pérdidas y la precipitación. Y los alemanes no lo desaprovecharon y fueron ellos los que, con un 0-3, se pusieron otra vez arriba ya al filo de los cinco minutos finales. Apoyados, todo hay que decirlo, en un Späth tan tribunero de cara a la grada como efectivo en lo suyo de parar balones. Hasta 12 detenciones sumó. Incluida la última, con apenas 10 segundos de tiempo, que tiró por tierra las opciones de lograr, al menos, un punto.
El Grupo A del torneo de balonmano es una montaña rusa. A falta de una jornada, los Hispanos son cuartos empatados a puntos con Croacia, que es el último rival. Estamos por delante gracias a la mejor diferencia de goles, por lo que valdría un empate para pasar a cuartos... aunque eso implicaría probablemente encontrarse allí con Dinamarca, el gran coco de los Juegos.