Las citas musicales del verano, con protagonismo de algunos de los festivales más veteranos del país que acumulan cerca de treinta ediciones a sus espaldas y que forman parte de la historia de la música en vivo en España, conllevan un impacto social y medioambiental que los organizadores están tratando de paliar con soluciones sostenibles concretas para reducir su huella de carbono. Es el caso del Festival Internacional de Benicassim (FIB), uno de los primeros en ofrecer el formato actual de festival, que ha cumplido este año su 28º aniversario. Este evento ha conseguido minimizar en ...