El histórico intercambio de 26 prisioneros el jueves entre Rusia y los países occidentales suscita preguntas sobre sus posibles implicaciones para la guerra en Ucrania.
El periodista estadounidense Evan Gershkovich, de 32 años, y el exmarine Paul Whelan, de 54 años, se beneficiaron de este acuerdo facilitado por Turquía, el más importante desde la Guerra Fría.
A cambio, rusos detenidos en países occidentales como Estados Unidos o Alemania también fueron liberados, entre ellos Vadim Krasikov, encarcelado por asesinar por encargo de Moscú a un disidente checheno en Berlín.
Para el analista Lukas Aubin, el acuerdo indica que Washington y Moscú mantienen líneas de comunicación abiertas, como en la Guerra Fría. "Este intercambio de prisioneros demuestra que Estados Unidos y Rusia han mantenido conversaciones y han estado hablando mucho tiempo", dice este investigador del Instituto de Asuntos Estratégicos e Internacionales francés.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ya avanzó en diciembre que quería pactar con Washington una "solución" para garantizar la liberación de Gershkovich, pero que no había conversaciones directas.
El reportero del diario económico "The Wall Street Journal" fue detenido en Rusia en marzo de 2023 y condenado en julio por espionaje, acusaciones que su familia, su empresa y la Casa Blanca rechazan.
Según el medio independiente especializado en Rusia The Insider, las conversaciones sobre el intercambio habían empezado a comienzos de 2022, antes de la detención del periodista.
Entonces, el objetivo principal era un posible canje entre Vadim Krasikov y el líder opositor ruso encarcelado Alexéi Navalni, muerto ese año en cautiverio.
Pero entonces "Putin confiaba en intercambiar a Krasikov por Evan Gershkovich, un periodista estadounidense arrestado específicamente para este canje", escribió The Insider.
En un principio, el Kremlin pensaba que solo tendría que negociar con Estados Unidos, asumiendo que Washington podría influir en sus aliados europeos, señaló este medio.
Pero como Krasikov estaba condenado en Alemania, fue necesario incluir también a Berlín. Y los alemanes "solo querían discutir un intercambio de Krasikov por Navalni", agregó.
El acuerdo estaba en marcha, pero Rusia retrasó confirmar la inclusión de Navalni hasta el último momento. En febrero, las autoridades penitenciarias rusas anunciaron el deceso del líder opositor.
"The Insider" apunta que no fue hasta abril que Alemania señaló un posible interés para intercambiar "múltiples presos políticos por Krasikov". El jueves, el gobierno de la primera economía europea dijo que soltar al preso ruso no fue "una decisión fácil".
Liana Fix, del centro de reflexión estadounidense Council on Foreign Relations(CFR), afirma que el acuerdo enseña que "los asesinos del Kremlin son importantes para Putin".
También puede "ser un intento de Rusia de demostrar que se pueden hacer acuerdos de buena fue con Rusia, especialmente antes de las elecciones de Estados Unidos y el debate sobre un posible acuerdo con [Donald] Trump" si vuelve a la Casa Blanca.
Pero "no creo que esté directa y explícitamente vinculado a un acuerdo de paz" para Ucrania, matiza.
"Estados Unidos y Alemania habrán dejado claro que estos asuntos están desvinculados, puesto que se agarran al principio de no hablar nada de Ucrania sin Ucrania", agrega.
Sin embargo, "Rusia puede querer demostrar buena voluntad para facilitar la entrada en las conversaciones, que intentará llevar a cabo a su manera".
El analista Luka Aubin no considera que el canje de prisioneros necesariamente allane el camino a unas negociaciones de paz en Ucrania. Pero coincide "en un momento en que Ucrania ha abierto en las últimas semanas la puerta diplomática con Rusia", agrega.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo esta semana que "el mundo entero" quería a Rusia en la mesa de negociación. "Del lado ucraniano, hay una cierta fatiga con la guerra", explicó Aubin.