Con la llegada de los vehículos eléctricos, se podría creer que la contaminación acústica generada por los automóviles está a punto de solucionarse. Sin embargo, el 80% del ruido de un coche se genera por su contacto con la carretera, y el estado degradado de una vía aumenta exponencialmente esta contaminación acústica tanto en el interior como en el exterior del vehículo. A partir de esta observación Thomas Antoine, expert Leader Noise & Vibration Technology de Renault Group , desarrolló el programa Apache que consiste en mapear el estado de las carreteras para indicar los lugares donde una reparación sería bienvenida, en términos de contaminación acústica por supuesto, pero también de economía y salud pública. Para Antoine la contaminación acústica es un problema social y medioambiental de suma importancia y ha decidido combatirlo con su trabajo y su experiencia. Las cifras hablan por sí solas: según la Organización Mundial de la Salud, 20 millones de europeos se quejan del ruido y 8 millones duermen mal. Mientras que Ademe, la Agencia de Transición Ecológica, señala el coste social del ruido de las carreteras en Europa, estimado en 80.000 millones de euros al año. Para combatir la contaminación acústica a bordo de los vehículos (en particular, el ruido de rodadura y del aire), los constructores de automóviles utilizan cada vez más una tecnología muy extendida en los auriculares de audio, el control activo del sonido, que equipa, por ejemplo, el Scénic E-Tech electric. Este control activo se activa gracias a sensores sonoros colocados alrededor del vehículo que «escuchan» la carretera y detectan las variaciones de ruido que provoca. Cuando éste aumenta, los sensores inyectan una onda sonora en el habitáculo que uniformizará el espectro sonoro del vehículo para anular el ruido que escuchan los pasajeros y hacer mucho más agradable el viaje a bordo. Un constructor como Renault Group podría quedarse ahí , pero sus ingenieros van más allá. Mientras estudiaba los sensores de control activo, Thomas Antoine se preguntó si no sería posible utilizar las señales que generan de forma diferente. Así nació la idea del programa Apache. Apache, o Monitorización del Perfil Acústico de las Calzadas y su Eficiencia Energética, es una caja que analiza la carretera, como la aguja de un reproductor de vinilos, y permite establecer mapas del estado acústico de la red viaria. A continuación, estos datos se recopilan para ofrecer un análisis muy preciso de los lugares donde una carretera está particularmente degradada y, por tanto, ruidosa. «Es una tecnología que no solo mejora la acústica dentro de nuestros vehículos, sino que también permite a las colectividades tomar decisiones más exactas respecto a sus presupuestos de reparación de carreteras . Así que, de hecho, todos ganan», explica Thomas Antoine. Para elaborar mapas más completos, Thomas recurrió a Fadila Hrird, una geomática que se unió a Renault Group para unas prácticas como parte de sus estudios en la Universidad CY Cergy de París. Fadila utiliza un programa específico para establecer mapas con capas de informaciones diversas como la proximidad de lugares sensibles (escuelas, hospitales, residencias de ancianos, etc.) para determinar el nivel de impacto que una carretera puede tener sobre los lugareños. Los análisis pormenorizados de Thomas y Fadila confirmaron que efectivamente existía un vínculo directo entre el ruido y las emisiones de CO2 o la autonomía de los vehículos eléctricos. De este modo, el programa Apache puede cuantificar con precisión los costes y el ahorro medioambiental vinculados a la reparación de carreteras e incluso en cuántos días el coste de los trabajos de reparación se compensa con una reducción de las emisiones. Calcularon así que 1 euro invertido en la carretera representaba un ahorro de entre 17 y 20 euros en el coste social del ruido. Por poner un ejemplo concreto, la reparación de la circunvalación de París, la vía más transitada de Europa, reduciría el nivel de ruido aproximadamente a una cuarta parte y, después de cuatro años, el ahorro alcanzaría las 16.000 toneladas de CO2 al año. Para Thomas Antoine, este proyecto es «un motivo de orgullo y un verdadero cambio para su actividad profesional. Centrándose en áreas no tradicionales de la industria del automóvil, es posible crear nuevas cadenas de valor para Renault Group». En cuanto a Fadila Hrird, que representa una nueva generación de ingenieros que han comprendido que la tecnología puede resolver de manera concreta problemas relacionados con el medioambiente, espera con impaciencia nuevas aplicaciones de la inteligencia artificial para procesar una cantidad cada vez mayor de datos que darán cada vez más relevancia a proyectos como Apache.