Este verano, el sustituto del monstruo del lago Ness es el rechazo social del turismo masificado. Siguiendo una exitosa estrategia con antecedentes en la preocupación ecológica, la libertad sexual y la igualdad de género, la izquierda antisistema no ha tardado en apoderarse de la protesta con ese característico enfoque radical tan suyo, y que tanto desconcierta y seduce a las élites lerdas: no se trata de corregir las consecuencias indeseables del turismo en masa, sino de la denuncia del turismo en sí como aberración liberal y capitalista (culpable de infinitos males, del colonialismo c ...