La participación de las mujeres ha progresado notablemente en los Juegos Olímpicos desde su inclusión en 1900, logrando la igualdad de género en París 2024. Este progreso se refleja en hitos como la competencia de Nada Hafez y Yaylagul Ramazanova durante sus embarazos. Además, los avances en apoyo a las madres atletas se destacan con la introducción de salas de lactancia y guarderías en la Villa Olímpica, facilitando la participación de las deportistas mientras atienden sus roles maternos.
Desde la inauguración de los Juegos Olímpicos modernos en 1896, la inclusión de las mujeres ha sido una lucha constante. Originalmente excluidas de la competición, tuvieron que esperar hasta los Juegos de París en 1900 para tener una oportunidad de participar. Aunque solo 22 mujeres compitieron ese año frente a cientos de hombres, este evento marcó un cambio fundamental. La paridad de género se alcanzó finalmente en los Juegos Olímpicos de París 2024, con un número igualitario de atletas masculinos y femeninos.
En los Juegos Olímpicos de 2024, Nada Hafez de Egipto y Yaylagul Ramazanova de Azerbaiyán rompieron moldes no solo por sus impresionantes habilidades deportivas, sino también por su estado de embarazo durante la competición.
Nada Hafez, esgrimista egipcia, compitió en los Juegos Olímpicos embarazada de siete meses y alcanzó los octavos de final en la categoría de sable individual femenino. Esta fue su tercera participación olímpica, después de Río 2016 y Tokio 2020. Tras su eliminación, reveló en redes sociales su estado de embarazo y recibió felicitaciones y admiración por su logro.
Yaylagul Ramazanova, arquera azerbaiyana, compitió en los Juegos Olímpicos de París 2024 embarazada de seis meses y medio. Avanzó hasta los octavos de final en tiro con arco individual y derrotó a la china An Qixuan. Ella es la segunda mujer en representar a Azerbaiyán en los Juegos Olímpicos. Obtuvo 647 puntos, su mejor marca de la temporada.
Ona Carbonell, medallista olímpica en natación sincronizada, se destacó en los Juegos Olímpicos de Tokio por su defensa de los derechos de las madres y sus bebés. Debido a las estrictas restricciones impuestas por la pandemia, Carbonell no pudo llevar a su hijo Kai, lo que interrumpió su período de lactancia. Este inconveniente la llevó a visibilizar, mediante un vídeo viral, las dificultades de combinar la maternidad con la competencia deportiva.
Después de retirarse, Carbonell continuó su activismo como coordinadora de la Comisión de Maternidad y Deporte del Comité Olímpico Español. En 2022, profundizó en esta causa con el documental 'Ona Carbonell: Empezar de nuevo', donde abordó los retos de conciliar la maternidad con el deporte de alto rendimiento, un tema aún tabú en el ámbito deportivo.
A nivel internacional, la creación de salas de lactancia en la Villa Olímpica de París y la primera guardería en unos Juegos, promovida por la exatleta olímpica estadounidense y madre, Allyson Felix, indican un avance hacia una mejor logística y apoyo para las deportistas madres. Felix, miembro de la Comisión de Atletas del COI, ha sido una voz activa en la promoción de facilidades que permiten a las madres competir sin descuidar su rol parental.