Los Juegos Olímpicos de París 2024 estuvieron llenos de sorpresas, pero pocas tan inusuales como las vividas por los arqueros surcoreanos. En momentos decisivos de las competencias de tiro con arco, tanto en la categoría masculina como femenina, la inesperada presencia de abejas casi arruina las posibilidades de Corea del Sur de mantener su hegemonía olímpica. Sin embargo, la concentración y preparación mental de los deportistas les permitió salir victoriosos.
En la semifinal masculina, Kim Je-Deok enfrentó una situación de alta tensión cuando una abeja se posó sobre su mano justo antes de lanzar una flecha crucial. A pesar de la distracción, el arquero mantuvo la calma y logró un tiro perfecto, asegurando la victoria de su equipo. Por otro lado, Lim Sihyeon, en la final femenina, también se enfrentó a una abeja en un momento crucial, pero su temple y precisión llevaron a Corea del Sur a conquistar la medalla dorada.
Durante los Juegos Olímpicos de París 2024, los arqueros de Corea del Sur demostraron su capacidad para manejar situaciones inesperadas. En las semifinales masculinas, Kim Je-Deok se enfrentó a una prueba de nervios cuando una abeja se posó en su mano izquierda mientras sostenía el arco. Con el marcador empatado y el oro en juego, Kim necesitaba un tiro perfecto para avanzar a la final. Manteniendo una calma impresionante, logró un 10 impecable, asegurando la victoria contra China y llevando a su equipo a la final, donde vencieron a Francia 5-1, consiguiendo así su tercer oro olímpico consecutivo en tiro con arco.
En la final femenina, Lim Sihyeon enfrentó una situación similar. Durante el duelo decisivo contra China, una abeja se posó en su mano izquierda justo antes de su lanzamiento. A pesar de la presión, Lim realizó un tiro crucial que ayudó a asegurar la victoria por 5-4 para Corea del Sur. Esta actuación no solo fue clave para obtener el oro, sino que también demostró su extraordinaria concentración y habilidades bajo presión. Esta victoria permitió continuar con la racha dorada del equipo asiático.
Kim Je-Deok comentó sobre el inusual episodio con la abeja en una entrevista posterior. Relató cómo se mantuvo enfocado a pesar de la distracción: "Cuando me acerqué a la línea de tiro, apareció una abeja. La espanté, pero me siguió. Cuando la abeja cayó en mi mano, me recordé: 'Esto son los Juegos Olímpicos y no puedes bajar los brazos'. Tenía una fuerte determinación para tirar", recordó.
Este nivel de concentración es el resultado de un riguroso entrenamiento psicológico al que los arqueros surcoreanos son sometidos, diseñado para ayudarlos a no distraerse ante imprevistos, ya sea lluvia, nieve o la presencia de una abeja.
Durante la competencia, Kim llevaba un monitor de frecuencia cardíaca que registró un sorprendente pulso de 80 pulsaciones por minuto, lo que refleja su capacidad para mantener la calma en situaciones de alta presión. Esta habilidad no solo es un testimonio de su preparación mental, sino también de su compromiso y dedicación al deporte.