Tegucigalpa. Casi 5.000 policías y militares fueron desplegados este jueves para combatir el crimen en Honduras, uno de los países más violentos del mundo debido a la presencia de narcotraficantes y pandilleros.
En la capital, los uniformados se agruparon en un campo de fútbol en la barriada El Pedregal, una de las zonas con mayor incidencia delictiva, y luego se trasladaron en camiones hacia otros barrios.
Las Fuerzas Armadas iniciaron una “operación de intervención” en áreas de “alta incidencia delictiva” con el propósito de “capturar a personas vinculadas a estructuras criminales”, según el portavoz militar, Mario Rivera.
“Lo que queremos generar un clima de paz y de confianza”, con “retenes las 24 horas del día” en las calles, afirmó. El operativo continuará “hasta nueva orden”, añadió.
El portavoz informó que también se realizarán “allanamientos (de casas) y ejecuciones de órdenes de captura” de prófugos.
Gobierno de Honduras despliega militares para combatir ola de crímenes
Una operación similar se llevó a cabo el 4 de julio, pero solo duró un día.
El despliegue militar aumentó la “tensión” en El Pedregal, aunque al mismo tiempo “el pueblo se siente más seguro”, señaló a esta agencia el vecino Marcos Soriano, de 60 años.
“La falta de trabajo en el país lleva a extorsionar”, comentó Guillermo Colindres, de 57 años.
La extorsión es uno de los delitos más extendidos en el país, especialmente contra transportistas y comerciantes, quienes, bajo amenazas, se ven obligados a pagar regularmente a hasta seis pandillas diferentes, según organismos de derechos humanos.
Estos operativos “tendrían efecto si fueran permanentes (…), pero al día siguiente las pandillas vuelven a extorsionar”, afirmó a esta agencia el líder del Consejo Nacional del Transporte, Jorge Lanza.
“En 16 o 17 años, solo el transporte ha pagado 22.000 millones de lempiras” (unos $880 millones) en extorsiones, aseguró el empresario.
Honduras construirá megacárcel en ‘plan de emergencia’ contra el crimen
Para combatir el crimen, el gobierno implementó en diciembre de 2022 un estado de excepción que permite arrestos sin orden judicial. Esta medida es similar a la que está vigente desde marzo de 2022 en El Salvador, donde se logró una drástica reducción de las actividades de las pandillas.
Honduras registra una alta tasa de homicidios, 38 por cada 100.000 habitantes en 2023, seis veces el promedio mundial, según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional.