El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, aseguró este jueves 1 de agosto en la reunión con el Comando del Frente Interior del Ejército que el país está preparado para “cualquier escenario, defensivo u ofensivo” en pleno pico de tensiones en la región tras los ataques contra Líbano e Irán.
“Cobraremos un precio muy alto por cualquier acto de agresión desde cualquier ámbito”, advirtió el líder israelí.
La posible represalia de los vecinos de Israel tras los ataques contra Beirut, en el que murió el comandante del grupo chií Hizbulá Fuad Shukr, y contra Teherán, que acabó con la vida del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, ha puesto en alerta a toda la región.
Israel no se ha pronunciado sobre la muerte de Haniyeh para confirmar o desmentir su responsabilidad en el ataque, como suele hacer con las operaciones en Irán, si bien nadie duda en atribuir la explosión que acabó con el islamista al Estado hebreo.
En la reunión, el líder israelí celebró la confirmación de este jueves de la muerte de Mohamed Deif, el ‘número dos’ de Hamás en Gaza y cabecilla del brazo armado del grupo, las Brigadas al Qasam.
“Fue el hombre número uno en busca y captura de Israel durante muchos años”, dijo el mandatario durante la reunión. De hecho, Israel lo consideraba el actor intelectual -junto con el líder de Hamás en Gaza, Yahya Sinwar- de los ataques del 7 de octubre de 2023 en su territorio, que dejaron 1.200 muertos y 250 secuestrados, y desató la actual guerra en Gaza, con más de 39.400 muertos palestinos.
Para acabar con Deif, el Ejército bombardeó la “zona humanitaria” de Mawasi el pasado 13 de julio, en un ataque en el que mató a 90 palestinos e hirió a otros 300.
El bombardeo también acabó con la vida de Rafaa Salameh, comandante de la brigada Jan Yunis de las Brigadas al Qasam y mano derecha de Deif.
“Su eliminación establece un principio simple: a quien nos haga daño, le haremos daño”, zanjó el primer ministro.