Una fuerza aérea robusta tiene la capacidad de proteger el espacio aéreo nacional de amenazas externas, actuar como un elemento disuasorio contra posibles agresores y apoyar las operaciones militares, terrestres y marítimas. La superioridad en este aspecto proporciona al país una mayor seguridad y estabilidad frente a otros.
Además, una fuerza aérea bien equipada y entrenada puede realizar misiones de reconocimiento, transporte y rescate, contribuyendo de manera integral a la defensa y seguridad nacional. Por ello, existe una nación de América Latina que destaca por tener un mayor número de aviones operativos que otros en la región.
Brasil se destaca con una notable superioridad en aviones de combate, siendo el país más grande de la región y contando con una flota de 185 aeronaves operativas. Esta flota incluye 47 cazas supersónicos Northrop F-5 Tiger II, de origen estadounidense, y 24 aviones de ataque AMX A-1, resultado de una colaboración entre Italia y el país carioca.
No obstante, el punto culminante de la Fuerza Aérea Brasileña radica en los avanzados cazas suecos Saab Gripen. Actualmente, hay seis unidades en el país, pero se anticipa la incorporación de muchas más aeronaves como parte de un acuerdo firmado en 2013, con algunos de estos cazas siendo fabricados localmente en Brasil, según información de CNN.
Perú cuenta con una mezcla de aeronaves supersónicas de distintos orígenes. Su flota comprende 19 cazas MiG-29, de fabricación soviética, y 12 cazas Mirage 2000, provenientes de Francia. Estos aviones diseñados para la superioridad aérea, son altamente maniobrables y están equipados con sistemas avanzados de radar y armas. Los 19 MiG-29 en la flota peruana representan una capacidad significativa para misiones de intercepción y combate aéreo.
Asimismo, Perú supera a Argentina en términos de aviones de combate operativos. La nación albiceleste recientemente adquirió cazas F-16, pero estos aún no están incorporados en su flota, por lo que su número actual es de 22 aviones operativos.
