A la espera de que el Ministerio de Interior publique los datos oficiales de entradas irregulares en nuestro país, algunos de los focos calientes de la inmigración irregular continúan presentando una situación complicada. Uno de ellos es Ceuta. Allí, la Guardia Civil y la Gendarmería marroquí han intensificado en los últimos días los controles en los espigones fronterizos que separan la ciudad de Marruecos debido al elevado número de intentos de entrada de inmigrantes a nado que se están registrando.
Según han informado a EFE fuentes policiales, los miembros del instituto armado se mantienen en alerta, sobre todo en la frontera sur del Tarajal y en menor medida en la frontera norte de Benzú, como consecuencia de los centenares de intentos que se han registrado en el mes de julio.
Las adversas condiciones meteorológicas relacionadas con la niebla que dificulta la visión, la escasa distancia entre las costas españolas y marroquíes así como la desesperación de los inmigrantes son algunos de los motivos que están provocando este tipo de travesías clandestinas.
La Guardia Civil tiene constancia de que centenares de inmigrantes han intentado este mes entrar en Ceuta, aunque la cifra de accesos podría rondar las más de 200 personas, a la espera del recuento definitivo. Sí se conoce de que entre 60 y 70 inmigrantes eran menores de edad marroquíes y, en menor medida, naturales de Argelia que efectuaron esta travesía a nado.
Estos intentos de entrada a nado llevan produciéndose todo el año. Las aguas de la bahía sur de Ceuta han sido testigo a principios de mes de un aumento sostenido en el número de inmigrantes que intentan llegar a tierra nadando. En el mes enero y febrero, estos cruces se han realizado cuando las condiciones climatológicas eran adversas y por lo tanto la vigilancia era menor debido a la mala visibilidad, pero al mismo tiempo más peligrosa para quienes intentan llegar. De hecho, son varios los cadáveres que aparecieron en la costa.