La reciente baja del dólar libre, MEP y CCL alentó las chances del levantamiento del cepo antes de fin de año. La brecha que realmente importa es la que tiene el "contado con liqui" con el dólar oficial pero con el impuesto PAIS adentro. A los valores del cierre de julio, esta brecha era de sólo 18%, considerando que el dólar mayorista clausuró ayer a $ 932,75 (con el impuesto PAIS de 17,5% el dólar que pagan importadores llega a $ 1.096) y el CCL a $ 1.290. En el equipo económico ayer celebraban el cierre de un mes en el que vivieron en peligro, por las subas y bajas de la moneda norteamericana.
La pregunta es la de siempre: ¿cuándo se animará el gobierno a levantar las restricciones cambiarias y a dejar flotar al dólar? La respuesta también es la de siempre: cuando estén seguros que esa decisión no traerá aparejados saltos bruscos dólar que generen un salto inflacionario y que propine un fuerte golpe a la sociedad en el sentido de que los sacrificios realizados hasta ahora (tarifas, transporte, despidos, naftas, jubilaciones, etc) fueron en gran parte en vano.
Un simple cálculo: si el gobierno baja 10 puntos el impuesto PAIS, de 17,5% a 7,5%, podría hacer subir el dólar oficial por esa diferencia de manera tal que el dólar que pagan importadores, ayer $ 1.096, se mantenga en los mismos niveles. Esa suba del dólar oficial podría mejorar el dólar de los exportadores (que se forma por el 80% de ese valor oficial y 20% por el del CCL). Lo negativo de la caída del dólar CCL esta semana es que redujo ese dólar exportador, en momentos en que la soja está cómodamente por debajo de los $400, valor delicado en función de las expectativas de la cosecha 2025. Pero una brecha de 18% no sería tan grave ya que suponiendo que el dólar oficial salte ese 18%, el traspaso a precios iría del 10% al 12% repartido en tres meses.
Igualmente en el gobierno no piensan así. Avizoran que esa brecha de 18% se irá reduciendo aún más y puede llegar al 0%. Es la visión oficial transmitida ayer a los representantes del mercado en la reunión mantenida en el 5 piso del Palacio de Hacienda. Y que por la baja de la inflación las tasas de interés en los niveles actuales se convertirán en tasas reales, mayores a las de la inflación. De hecho hoy ya son reales, según el Ministerio de Economía.
Tampoco en el gobierno piensan que en septiembre, cuando se reduzca el impuesto PAIS del 17,5% al 7,5%, el dólar oficial subirá para reemplazar esa reducción. No. La apuesta es que baje el dólar importador y forzar una caída adicional de los precios. ¿Ilusión oficial? Que bajen precios porque se reduzca un impuesto es un canto a la esperanza en la Argentina. Igualmente ese fue un tema conversado entre Luis Caputo y los dirigentes de los supermercados hace una semana ( otro tema fue el impuestazo de municipios como La Matanza y Pilar incorporando y multiplicando tasas ecológicas y de seguridad e higiene a los supermercados. La voracidad municipal no tiene límites).
Septiembre será un mes clave para el equipo económico. Más allá de la disminución del impuesto PAIS se dará la presentación del Presupuesto 2025, el primero en la gestión Milei. Desde el equipo económico apuntan a mostrar un fuerte superávit financiero en la última línea. Arriba de ello, poco importa. Cómo se gasten los recursos que se proyectan recaudar, ya sin impuesto PAIS pero con retenciones, no es tan relevante en el pensamiento oficial. La clave pasa por mostrar que se repite un superávit financiero. El resto es negociable.
Pero el condimento importante es que se trata de un año electoral en el que será clave un triunfo del gobierno para el éxito del actual plan económico. No existe éxito del plan sin éxito en las elecciones de octubre del 2025. Para ello es esencial llegar a octubre del año próximo con inflación baja y la economía en crecimiento, generando empleo y con salario real en alza.
Y ahí entra en escena nuevamente el dólar. Cualquier movimiento brusco del dólar, si se da, se tiene que dar en el 2024. El año próximo la moneda norteamericana tiene que tener una tobillera electrónica. Libre pero con movimientos controlados. Enfrente no está Heidi. Y las expectativas juegan su rol.
Mucho se habla del fracaso del acuerdo con el FMI firmado por Nicolás Dujovne en el 2018 pero quizás el mismo tuvo como error no considerar que enfrente estaba el kirchnerismo. ¿Se puede hacer un plan de estabilización en la Argentina con elecciones presidenciales a la vista y con el kirchnerismo con ciertas chances de triunfo? Imposible. Las expectativas juegan su rol. Frenan consumo, inversiones, todo antes de la elección. Aún haciendo las cosas bien, el resultado puede ser malo simplemente por las expectativas. Las PASO del 2019 son un ejemplo.
Para borrar ese fantasma, ya se mueven desde el gobierno para asegurarse llegar a las elecciones en las mejores condiciones económicas. La resolución del acuerdo con el FMI será política. No hubo acuerdo en las últimas medidas lanzadas por Caputo. Se tienen datos de reactivas. La inflación es el caballito de batalla y que en septiembre se acerque al cero. ¿Primavera Cero?
