Sumar no da por hecho el acuerdo entre Esquerra Republicana y el Partido Socialista de Cataluña. El pacto ha gustado en el seno de la formación, pero tienen serias dudas sobre qué votará militancia de los independentistas este viernes. Ni siquiera ven más cerca el "sí" que el "no". Fuentes del partido sostienen que las bases de los republicanos defienden una postura más radical que la propia dirección, a pesar de que mantienen una posición de máximos por su competencia con Junts, según analizan en Sumar.
El texto pactado entre ERC y PSC modifica el sistema de financiación autonómico, permitiendo a Cataluña recaudas y gestionar el 100% de los impuestos. Una concesión que debe avalar el Ministerio de Hacienda porque altera el régimen común y otorga a Cataluña un trato especial, similar al de Navarra y País Vasco, aunque ambas formaciones no han concretado si la Generalitat podrá determinar otras tasas como la de sucesiones o modificar aquellas de carácter nacional.
En Sumar temen que la situación política de Cataluña y la convulsión dentro del independentismo, lleve a los militantes a votar en contra de un acuerdo que consideran fundamental para la estabilidad del Gobierno en Madrid. "Hasta que no se cierre, no avanzaremos", vaticinaban fuentes de la formación hace meses tras las elecciones catalanas.
La formación ha recibido con satisfacción el acuerdo, pero considera que las militancias —habitualmente más radicalizadas que las cúpulas de los partidos— pueden jugarle una mala pasada a Esquerra. Además, la dirección de los republicanos se encuentra en plena pugna interna entre el sector más cercano a Oriol Junqueras y la facción del partido que apoya a Marta Rovira. Por lo que no solo entra en juego el texto del pacto, sino también la situación de ERC, y los votos pueden castigar la actual dirección y sus postulados en favor de una más dura y contundente con el constitucionalismo.
Aumenta la preocupación en la coalición que encabeza la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, por la deriva de Esquerra Republicana. Consideran que la dirección de ERC ha tomado un camino más radical que la pasada legislatura por la competencia independentista con Junts, hasta el punto de hacer peligrar la legislatura.
En Sumar consideran que la estabilidad en Cataluña resulta imprescindible para avanzar en la agenda de Gobierno. En la pasada legislatura, ERC ocupó un papel protagonista, apoyando gran parte de las iniciativas impulsadas por el Ejecutivo del PSOE y Unidas Podemos, el que más normas ha aprobado desde la reinstauración de la democracia en España. Pero ahora temen que ERC solo piensa en clave local para ganar la batalla a Junts y sitúa en segundo plano impulsar medidas de izquierdas, un objetivo que priorizó con el pasado Gobierno.
Pero la estabilidad que aportaron los republicanos se puso en jaque con la irrupción de Junts como actor necesario para aunar una mayoría en el Congreso de los Diputados. La mala relación entre ambos les ha llevado a disputarse al electorado independentista, extremando sus posturas ante cualquier acuerdo a nivel nacional con el PSOE. Una situación que dificulta el entendimiento con el Ejecutivo de coalición para sacar adelante normas progresistas pactadas en el acuerdo de Gobierno.
Sin el apoyo de las formaciones separatistas, Sumar da por muerta la legislatura y teme que el "no" de la militancia dinamite todos los puentes.
Las preocupaciones no solo se ciñen a las bases del partido. El expresident Carles Puigdemont, líder de Junts, anunció el pasado sábado que volverá a España para la investidura tras más de seis años huido en Bruselas. El pleno se celebrará la semana que viene, si las bases de ERC ratifican el acuerdo, como adelantó ECD, y el regreso del mandatario podría terminar en su detención —aún pesa sobre él el delito de malversación que el Tribunal Supremo rechazó amnistiar—. Si Puigdemont terminara detenido e incluso en prisión preventiva por riesgo de fuga —uno de los condicionantes para que el juez la decrete— temen que el debate se vuelva insostenible y que algunos diputados de ERC se echen atrás.