TEHERÁN, Irán.— El miembro del Buró Político y Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, encabezó la delegación cubana que asistió, este martes, a la ceremonia de toma de posesión del presidente de la República Islámica de Irán, Masud Pezeshkian, recientemente electo para un mandato de cuatro años.
En el acto de investidura, que tuvo como sede el Consejo Consultivo Islámico y donde se dieron cita más de cien delegaciones extranjeras, el mandatario iraní se comprometió con el servicio a la nación persa y el impulso a la economía.
De acuerdo con reseñas de los medios locales, el Presidente habló, en su discurso, «de apoyo a la verdad y a la justicia», y abogó por «una región fuerte, sin presencia ni intervención extranjera».
La defensa de esos principios tiene mucho en común con Cuba, por ello, la participación de la Mayor de las Antillas aquí demuestra el interés de mantener el diálogo político al más alto nivel, y reafirma la voluntad del Gobierno de trabajar en el desarrollo y fortalecimiento de las relaciones, en particular en las esferas económico-comercial y de cooperación.
En declaraciones a la prensa, el viceministro de Relaciones Exteriores, Elio Rodríguez Perdomo, quien forma parte de la delegación, aseguró que «las autoridades iraníes han hecho una alta valoración de la asistencia de Cuba, con una comitiva presidida por su Jefe de Gobierno. Tal decisión simboliza, a su juicio, la prioridad que les concedemos a los nexos con la nación persa.
Para nuestro país, subrayó, ha sido muy útil e importante esta visita a Irán, con quien hemos mantenido históricos y positivos lazos durante 45 años, y en esta oportunidad se ha confirmado la voluntad de afianzarlos.
El vicetitular también llamó la atención sobre los fructíferos encuentros del Primer Ministro cubano con el mandatario iraní y el Vicepresidente Primero, y anunció el intercambio con el presidente de la Asamblea Consultiva Islámica de Irán, Mohamad Baqer Qalibaf, como parte del programa de trabajo de la visita oficial.
En el último período, fundamentalmente, se ha logrado una clara agenda de cooperación y de proyectos comunes. A eso se suma que, por estos días, las autoridades iraníes han anunciado la disposición de dar continuidad a la política de profundización de sus vínculos con Cuba, lo que implica trabajar en la implementación de todos los acuerdos suscritos.
El excelente estado de las relaciones políticas entre Cuba e Irán constituye la base para elevar los vínculos económicos a ese mismo nivel, y avanzar hacia una etapa de mayores resultados, en beneficio de ambos pueblos.
Tal afirmación sintetiza el diálogo sostenido, en la mañana de este martes, entre el Primer Ministro cubano y el vicepresidente primero de la República Islámica de Irán, Mohamad Reza Aref, quien aseguró que su país está «al lado de los hermanos cubanos», y dispuesto a ampliar la cooperación en áreas de interés común.
En el Palacio de la Presidencia, sitio que acogió el encuentro, el Jefe de Gobierno cubano destacó la capacidad de ambas naciones para afianzar los nexos
en la esfera biotecnológica, donde ya hay un camino transitado; la generación de energía, en concordancia con la voluntad de transformar la matriz energética del país; el transporte, las comunicaciones, la producción nacional de alimentos y las inversiones.
Marrero Cruz enfatizó en el impacto del bloqueo en la calidad de vida de la población; pero aun en medio de tantas complejidades «no estamos detenidos y seguimos buscando soluciones propias». Además, subrayó que «Irán y Cuba hemos escogido el camino de la autonomía, de la independencia, del patriotismo, no aceptamos injerencias. Por eso han querido aislarnos, y por eso, también, debemos estar unidos».
Igualmente, reiteró que la Mayor de las Antillas siempre estará al lado de la nación persa en la defensa de todas las causas justas. Y ello implica, invariablemente, alzar la voz a favor de Palestina.
Al encuentro asistieron, por la parte cubana, Elio Rodríguez Perdomo, viceministro de Relaciones Exteriores; Yury Valdés Balbín, miembro del Consejo de Estado, y otros funcionarios de la Cancillería cubana.
«Cuba e Irán son dos países hermanos, más allá de diferencias culturales o distancias geográficas, porque lo que es común a ambos pueblos, y es muy importante, es la resistencia. Ahí está la fuerza de nuestro vínculo. Estoy muy orgullosa de que hoy existan relaciones fuertes entre las dos naciones. ¡Patria o Muerte!». (Sima Sadrieyeh)
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«A mí me gusta mucho Cuba, porque durante casi 14 años viví allí. Estudié Medicina Veterinaria. Me acostumbré a esa tierra y conocí a los cubanos, sus costumbres, su forma de vivir. Por eso nunca he podido olvidar esa Isla. La cultura es un poco diferente, pero eso no puede separar a dos pueblos. Con la unidad y con los principios se puede lograr un vínculo fuerte». (Ebrahim Babaahmad)
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«Soy cubana, y hace 32 años vivo aquí. Estoy muy contenta de las relaciones con Irán. Mi hija estudia actualmente en Cuba la especialidad de Dermatología. Antes cursó Medicina. Es militante de la Unión de Jóvenes Comunistas y está muy identificada con la Revolución Cubana. Los vínculos entre las dos revoluciones y los lazos de amistad y solidaridad se hacen cada vez más sólidos». (Lisey Brito Lara)
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Tres declaraciones. Apenas un guiño al amor que Cuba inspira tan lejos, y en todas partes. El texto sería interminable si hubiésemos volcado aquí, convertidos en frases, los sentimientos de los amigos de Cuba que, por estos días, se reunieron en la embajada de la Mayor de las Antillas en Irán, en el contexto de la visita oficial del Primer Ministro.
Representantes de la Asociación de Amistad Irán-Cuba y de la organización HOLA, fundamentalmente, hablaron por más de una hora sobre lo mucho que tienen en común la «Isla bonita» y la nación persa. Nos unen alegrías y tristezas, dijo alguien, aunque no con esas palabras. Lo dicho realmente hacía alusión a la defensa de la soberanía y a las agresiones de un imperio.
También se habló de ayuda, de complementariedad, de proyectos de interés común, en beneficio de ambos pueblos. Se alzó la voz contra un bloqueo que pretende la asfixia de un país, y se escuchó, muy alto, muy fuerte, el apoyo a Palestina, la condena rotunda a Israel, que no podrá soportar el ajuste de cuentas de la historia.
Marrero Cruz hizo un breve repaso de las complejidades que enfrenta Cuba, desafiada a revolucionarse, como dice el Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, desafiada a superar, más temprano que tarde, todos los obstáculos que hacen diana en la prosperidad.
Contó en apretada síntesis lo mucho que hace el Gobierno, de la mano del pueblo, para salir adelante, aunque la cuesta se empine y los resultados no sean, en todos los casos, inmediatos. «Nosotros seguiremos acompañando a Irán. Y ustedes, mantengan alta su voz, sigan apoyándonos, que Cuba no los defraudará», dijo el Primer Ministro al final.
Entonces, una tras otra, se fueron desgranando las certezas: la solidaridad tiene muchos rostros y manos dispuestas a ofrecer; las distancias solo son verdaderas cuando son de principios, y hay mucho valor en la resistencia de la Mayor de las Antillas.