Se han divertido en la pista y han demostrado que en pocos partidos pueden ser una dupla letal. Carlos Alcaraz y Rafael Nadal continúan en el camino de las medallas ya en cuartos tras un gran encuentro contra Griekspoor y Koolhof: «Ha sido un partido muy muy bueno, hemos jugado a un nivel muy alto, muchísimo mejor también en cómo posicionarnos, en las jugadas, en la red. Todo ha sido muchísimo mejor que el primero día. Era normal, empezar un poco dudosos en términos de dobles y poco a poco iremos a mejor», afirmaba el murciano y corroboraba el balear: «Hoy era un día importante. Hemos jugado bastante mejor que el primer día, más compenetrados, más sólidos y mejores que los rivales. Con humildad lo digo. Pero en el doble se complica todo muy rápido. Perdemos el segundo set siendo mejores, con más oportunidades al resto y ganando saques cómodos. Llegas al tie break y lo pierdes». Se ha engrasado el dobles también porque se han pasado más horas juntos fuera de la pista, compartiendo partidas de parchís y apartamento en la Villa Olímpica: «Nos vamos conociendo mejor en pista, y fuera de la pista es de los pocos momentos que compartimos, que podemos convivir juntos, conociéndonos mejor. Y en pista ayuda tener un ambiente familiar. Intentamos pasárnoslo bien». Por el momento, a pesar de las horas en pista y la tensión de varios partidos a la vez, se encuentran bien físicamente. El balear ya casi se ha olvidado de esa fibra muscular que saltó en una prueba médica. «No tiene mucho impacto, y he hecho mucho tratamiento. Está aguantando bien. No me está limitando, me da para jugar el dobles». Y Alcaraz tampoco parece acusar esas molestias en la pierna derecha que le surgen de vez en cuando y que lleva arrastrando varias semanas: «En el dobles no es tan exigente. Lo que he apoyado con la pierna derecha, que es donde tengo la molestia, ha ido bastante bien. Haremos lo posible para salir mañana sin dolor. Sin poner en riesgo grandes cosas o la temporada, ha ido superbién, muy contento con la progresión. Y mañana estaremos en un estado óptimo para afrontar los dos partidos. Espero que sea un gran día». Alcaraz afronta el partido individual en el segundo turno de la Suzanne Lenglen, sobre las 14.00 horas, y a partir de las 19.00 horas, el dobles contra Krajicek y Ram. «Ojalá haga menos calor, pero por suerte los españoles estamos acostumbrados», bromeaba. Tampoco es un problema para él esta doble exigencia «No tengo miedo, es muy ilusionante, tengo muchas ganas, es un sueño. Daremos toda la energía para estar en plenas condiciones para los dos partidos». Así lo subraya Nadal: «Que esté en los dos cuadros es lo mejor para España, dos opciones de medalla, para mí es el máximo favorito del torneo. Y por cansancio, tiene 21 años. En Río, venía de tres meses con la muñeca rota, jugué todos los partidos posibles, incluso tercer y cuarto puesto individual y hasta el final del dobles. Terminé destruido, pero la adrenalina de esta semana te la aguantas. Yo llegaba con treinta, imagínate con 21». No le afecta al murciano la presión tampoco, aunque sea una de las medallas que se dan por hechas en la delegación española: «La gente tiene unas expectativas, desea que haya oros, que nosotros ganemos el oro en el dobles. Es normal. Intentamos no pensar mucho en eso, ni en que tenemos la obligación de hacerlo. Con nombres no se gana el dobles. Hay muchas parejas que tienen mucha confianza y muy buen nivel y que juegan todo el año. Hay que estar concentrados, ojalá podamos conseguir nuestro objetivo y el objetivo de todos lo españoles». Lo que le afecta más a Nadal es este formato del super tie break en el que se ha tenido que jugar el desenlace de la eliminatoria: «Es totalmente innecesario en unas olimpiadas. En el circuito favorece a los singlistas para que puedan jugar, pero unos juego es una vez cada cuatro años. Para los singlistas es el torneo más importante de nuestras carreras y no entiendo que se quiera premiar la lotería de un super tie break en lugar de lo que jugamos siempre. Me parece más lógicoy en general estamos de acuerdo los jugadores». Pero ya está centrado en lo que llega este miércoles, ese dobles por la tarde en la Philippe Chatrier. «Me gusta más esta pista porque es más rápida que la Lenglen. Por la humedad que se queda en la tierra, la Lenglen suele ser algo más lenta. Pero el público está más cerca, el ambiente es impresionante y lo disfrutas. En cada partido ha habido un ambiente inmejorable y con un cariño y apoyo difícil de imaginar. En el dobles que es más rápido lo vives más intenso. Todos los partidos son difíciles. Nos favorece jugar en pistas grandes porque aunque las cosas van rápido ver la pista grande nos ayuda visualmente a tener más tiempo. Los dobles se ganan por muy poquito. Es importante que el nivel de energía alto porque al más mínimo despiste, hay poca vuelta atrás». Atentos los dos, engrasado el dobles y con confianza hacia las medallas, afrontan el siguiente reto olímpico.