Es esencial asegurar las condiciones térmicas adecuadas para favorecer el bienestar de los empleados y mantener un buen ambiente de trabajo. Además, conviene limitar la temperatura para reducir el choque entre la temperatura del interior de la oficina y el exterior, y prevenir así el llamado ‘estrés térmico’. Un buen uso del aire acondicionado permite mejorar la eficiencia energética y ahorrar costes.