Entre las altas temperaturas y el sudor se hace imposible conciliar el sueño y descansar como es debido durante el verano
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Al atravesar la enésima ola del calor de verano, en muchas ocasiones, lo que más difícil se hace es poder dormir bien. La noche se puede convertir en un túnel y en un no parar de dar vueltas en la cama. Entre las altas temperaturas y el sudor se hace imposible conciliar el sueño y descansar como es debido. Si te encuentras de vacaciones es posible recuperar el sueño a través de la sagrada siesta veraniega, situación harto imposible de disfrutar en el caso de que la canícula te pille trabajando.
Además, especialmente en la orilla del Mediterráneo, el Sur y Canarias son bastante comunes durante el periodo estival las noches tropicales, aquellas en las que la temperatura no desciende de los 20ºC entre la puesta de sol y el amanecer. En el caso de que la humedad sea alta y el viento se encuentre en calma la noche tropical puede llegar a ser agobiante.
Este tipo de noches se extiende hasta el llamado el otoño climatológico, –los meses de septiembre, octubre y noviembre– en algunos lugares como Canarias, Cádiz, Melilla, Almería, Balears o Valencia.
La situación puede ser aún peor: hablamos de noche ecuatorial o tórrida cuando las temperaturas mínimas son de 25ºC en adelante. Además de sufrir insomnio, se incrementa el estrés, el malestar emocional y la irritabilidad. O ya, directamente, de noche infernal en las que el termómetro no baja de 30ºC. Algunos puntos de la Península y de los archipiélagos han empezado a registrar noches de este tipo en los últimos años.
Durante esas noches de verano tan cálidas dejamos encendidos el ventilador o el aire acondicionado para poder dormir. Pero, ¿sabemos cuánto cuesta la electricidad generada por estos aparatos eléctricos?
No existe una fórmula general para saber lo que nos cuesta una noche con el ventilador encendido, pero podemos aproximarnos sabiendo cuánta potencia de vatios hora (Wh) tiene nuestro ventilador y lo dividimos entre 1.000, ya que los precios de consumo energético nos llegan detallados en kilovatios hora (kWh).
Si tomamos la cifra de 60 vatios hora, que es la media de potencia de los ventiladores, el consumo se quedaría en 0,06 kWh. Al multiplicarlo por ocho horas de sueño, el resultado da 0,48.
La siguiente operación matemática consistiría en multiplicar esta cifra por el precio de la luz, cuya media es de 15 céntimos el kilovatio hora. El precio por noche de dejar el ventilador encendido sería de 0,072 euros que, al multiplicarlo por 30 noches, resultaría en 2,16 euros. Esto sucedería en el caso de que lo encendiéramos todas y cada una de las noches de un mes y que, realmente, estuvieran funcionando un total de ocho horas.
Esta cifra se ha calculado con respecto al ejemplo concreto de la potencia media de estos aparatos, pero se podría decir que, en general, el coste estaría entre uno y tres euros al mes.
También hay que tener en cuenta la existencia de pequeños ventiladores con un consumo 30Wh; de pie, que rondarían los 40Wh; los del techo, que son capaces de mover el aire con más facilidad que sus equivalentes en pie y alcanzan los 60 Wh o los más potentes de hasta 100 Wh.
Existe un extra para aquellos que, en general, les cueste conciliar el sueño por la noche: el runrún que genera el ventilador puede funcionar a modo de nana o ruido blanco –un sonido que presenta la misma intensidad en todas las frecuencias audibles para el oído humano– y que aumenta la calidad del sueño al enmascarar otros sonidos ambientales que puedan interrumpir el descanso.
El uso prolongado del ventilador se convierte en una solución económica si lo comparamos con otros métodos de enfriamiento, como el uso del aire acondicionado.
El cálculo económico se dispara si cambiamos al aire acondicionado, cuya potencia suele rondar los 1.000 vatios hora. El consumo al final del mes se dispararía a unos 36 euros, aunque tenemos que tener en cuenta que los aires acondicionados no siempre funcionan a esa potencia.
Lo más habitual es que al cabo de unas horas el aparato reduzca su potencia ya que no es necesario enfriar tanto la habitación y no actúa a la máxima potencia, de modo que el consumo baja. Al tener esto en cuenta, el consumo mensual podría descender hasta los 20 ó 25 euros.
Por ello, es importante reducir al máximo este modo de enfriamiento y asegurarnos de que no los dejamos encendidos cuando no estamos en casa, que lo utilizamos con la velocidad más baja posible o también que podemos hacer uso del temporizador, con el que se apaga de forma automática al cabo de unas horas.
Lo más recomendable para estas noches de verano son los ventiladores de techo al ser los más eficientes. En el caso de contar con uno de pie es importante mantenerlo limpio para reducir la fricción de sus aspas.
Mantener el ventilador dando vueltas toda la noche también podría afectar a nuestra salud al mantener nuestra garganta y fosas nasales secas ya que nos encontramos recibiendo aire de forma constante.
En el caso de usar el aire acondicionado durante las noches el efecto podría ser aún peor, incluyendo irritación en ojos, piel, garganta, nariz y oídos. El aire seco puede despojar a la piel y las membranas mucosas de la hidratación esencial, conduciendo a molestias y afecciones irritables.
La exposición prolongada al aire acondicionado puede intensificar las afecciones en personas con enfermedades respiratorias, sobre todo en el caso de aquellos que padecen asma. Además, se ha identificado que el aire frío puede ser un factor desencadenante para la aparición de infecciones respiratorias, al contribuir al aumento de la inflamación bronquial.
Por otro lado, el uso del aire acondicionado para dormir puede dispersar bacterias, virus y otros patógenos si no se mantiene adecuadamente limpio y filtrado. Esto puede aumentar el riesgo de resfriados, gripes y otras infecciones respiratorias.
Pero no sólo puede afectar a las vías respiratorias ya que un uso excesivo del aire acondicionado puede provocar dolores musculares y articulares.
Para minimizar los posibles riesgos, es recomendable mantener una temperatura moderada, mantener una buena ventilación en la habitación y asegurarse de tener limpio este sistema de enfriamiento.