La pareja formada por Rafa Nadal y Carlos Alcaraz volverá a escena este martes en la cuarta jornada de competición en los Juegos Olímpicos de París. En el tercer turno de la Suzanne Lenglen, el balear, eliminado en individual por el serbio Novak Djokovic, y el murciano afrontarán la segunda ronda del dobles masculino frente a los neerlandeses Tallon Griekspoor -al que Alcaraz eliminó en el torneo individual el lunes- Wesley Koolhof.
También afrontarán la segunda ronda del dobles Cristina Bucsa y Sara Sorribes, ante las argentinas Lourdes Carlé y Nadia Podoroska, y Pablo Carreño y Marcel Granollers, ante los australianos Matthew Ebden y John Peers. Se centra en el dobles Nadal porque es la ilusión que le queda en Francia. Puede que las últimas gotas de Rafa Nadal en París, en su casa, en la leyenda. Su tiempo se acaba y ya todo el mundo lo ve.
"Tras luchar durante más de una hora contra Novak Djokovic en la pista de Roland Garros el lunes, Rafael Nadal evitó la humillación, pero no las preguntas cada vez más acuciantes sobre su futuro", decía L'Équipe sobre el tenista español. "El ambiente era el de un gigante del tenis en busca de las piernas y el genio que le han visto triunfar tantas veces en la Pista Central de Roland Garros que se ha convertido en su patio trasero. Rafael Nadal ya no es el campeón de antaño", empezaba su artículo el periódico de referencia del deporte en los Juegos Olímpicos.
Igual de duro era el británico The Guardian: "Es posible, sin embargo, que ya haya jugado su último partido individual en las pistas que han definido su carrera. El lunes por la tarde, en lugar de elevarse mutuamente como lo han hecho tantas otras veces en el pasado, el enfrentamiento número 60 entre Novak Djokovic y Nadal resultó ser un desajuste total, ya que el serbio desmanteló por completo a su viejo rival", se leía en el periódico, que no tenía compasión.
"Pero esto nunca iba a ser como las batallas de antaño, donde los dos rivales se exigían mutuamente hasta sus límites físicos, mentales y emocionales como iguales. En su sexto torneo de regreso después de estar ausente en gran medida del circuito durante 16 meses debido a una cirugía de cadera y una variedad de otras lesiones, Nadal, de 38 años, entró en la cancha como un perdedor total".
Según La Gazzetta dello Sport italiana, si Djokovic no ganó el primer set a Nadal por 6-0 fue porque el español pudo ganar un juego, "seguramente con la complicidad del archirrival, que bajó un poco para permitirle ganar", una visión que es casi peor para el prestigio de Rafa.
Era The Guardian quien definía lo que pasa: "La pregunta es si realmente cree que es capaz de volver a jugar al nivel que desea y si su cuerpo es capaz de soportar las exigencias que le impone".
