Nada que ver tiene este ajetreado mes de julio para el director deportivo del Sevilla con el de hace un año cuando tomó el relevo de Monchi . El aterrizaje de Víctor Orta en Nervión fue complicado, en medio de una atmósfera tensa y con una lista interminable de deberes por hacer. Se encontró con un entrenador puesto (Mendilibar) y con dos fichajes realizados por su antecesor en el cargo (Gattoni y Pedrosa), además de la opción de compra ejecutada por Loïc Badé de 12 millones de euros que evidentemente mermaba el margen de maniobra económico del nuevo director deportivo a la hora de invertir en refuerzos. La planificación se le atascó por completo. En la última semana de julio...
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