Un nuevo estudio realizado por científicos israelíes, publicado en la revista Ecology, revela que la guerra entre Israel y Hamás afecta severamente a los animales.
El estudio se centró en los gecos de zonas silvestres cercanas a Tel Aviv y descubrió que el ruido de las explosiones de cohetes provoca estrés y ansiedad en estos animales. Esto aumenta sus tasas metabólicas, lo que genera un gasto de energía que puede poner en peligro su vida si es crónico. Los investigadores sugieren que esta respuesta al estrés puede ser común en otros animales, especialmente en aquellos que habitan zonas de conflicto en el norte y sur de Israel.
El equipo de la Facultad de Zoología de la Universidad de Tel Aviv y el Museo Steinhardt de Historia Natural, junto con el Dr. Reut Vardi de la Universidad de Oxford, lideraron la investigación. Shai Meiri, uno de los profesores del equipo, señaló: “El aspecto más trágico de la guerra es la pérdida de vidas humanas, pero los animales también se ven gravemente afectados, lo que puede amenazar su supervivencia”.
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El estudio inició semanas antes del 7 de octubre, como parte de una investigación a largo plazo sobre la tasa de consumo de energía de los gecos terrestres Stenodactylus sthenodactylus. Durante el primer mes de la guerra, se registró el consumo de energía de cinco gecos durante los bombardeos en Tel Aviv. Los resultados mostraron que, al escuchar las explosiones, el ritmo metabólico de los gecos se duplicó, su respiración se aceleró y mostraron claros signos de estrés. Estos niveles de estrés no disminuyeron incluso después de un mes de bombardeos continuos.
El profesor Eran Levin destacó que el estrés perjudica tanto a humanos como a animales: “Para compensar el aumento del consumo de oxígeno y el agotamiento de las reservas de energía, los animales necesitan comer más, lo que los expone a depredadores y reduce sus oportunidades de reproducción”. En situaciones de conflicto continuo, como en Gaza y a lo largo de la frontera entre Israel y Líbano, el costo metabólico puede ser significativo y afectar la conservación de especies en peligro.
Estos hallazgos coinciden con un estudio anterior durante la Operación Guardián de los Muros, donde se observó una respuesta similar en la serpiente Xerotyphlops syriacus.
Shahar Dubiner concluyó que, aunque la investigación se realizó en Tel Aviv, los animales en zonas de conflicto inmediato en el sur y norte de Israel sufren niveles de estrés aún mayores, lo que puede poner en peligro sus vidas.
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