Conciliar el sueño muchas veces puede ser una tarea que se torna difícil para muchas personas, ya que el acelerado ritmo de vida que exige la sociedad puede afectar la calidad del descanso.
En este contexto, existen ciertas actividades que se deben evitar realizar en las horas previas a dormir, ya que son hábitos que pueden interferir en la capacidad del organismo para relajarse.
Dormir es crucial para el funcionamiento óptimo del organismo, ya que son en estas horas en donde el cuerpo se regenera de la actividad diaria. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un adulto debe descansar entre 7 y 8 horas cada día.
En el plano fisiológico, es durante el sueño en donde el cuerpo renegara los músculos, fortalece el sistema inmunológico, regulas las funciones metabólicas, entre otros.
En la misma línea, juega un rol fundamental en el aprendizaje y la memoria, ya que es el momento en donde el cerebro organiza y almacena los recuerdos.
También, una rutina de descanso ordenada puede afectar la salud emocional. Privarse del sueño puede significar una mayor carga de estrés, lo que está relacionado con trastornos psicológicos como la ansiedad y la depresión.
Si bien mantener una alimentación saludable es crucial para el bienestar del organismo, comer en exceso durante la noche puede traer múltiples complicaciones al momento de conciliar el sueño.
Una ingesta desproporcionada durante las horas previas a acostarse puede ralentizar el organismo y causar problemas de indigestión, lo que se traduce en un aumento no deseado de peso.
Se debe evitar el uso del teléfono antes de acostarse, ya que la luz azul que emana infiere en la producción de melatonina, hormona que regula el ciclo del sueño.
Los dispositivos también estimulan el cerebro y lo mantienen en estado de alerta, lo que dificulta que el órgano principal entre en su función de descanso.
Realizar ejercicios es fundamental para mantenerse saludable, pero hacerlo a la noche puede incrementar de manera negativa los niveles de adrenalina y la temperatura corporal.
Esto interfieren en la habilidad del cuerpo para entrar en la etapa de sueño profundo, lo que puede conllevar a sufrir de trastornos como insomnio.
Consumir ciertos alimentos que contengan cafeínas pueden dificultar el descanso, ya que son productos que estimulan el sistema nervioso central y reducen la sensación de fatiga.
En la misma línea, pueden aumentar la frecuencia cardiaca y la presión arterial, lo que genera que el cuerpo se ponga en modo alerta.
Si bien consumir agua antes de dormir tiene diversos beneficios, un exceso del mismo puede generar que la persona se despierte varias veces durante la noche para ir al baño.
Esta rutina puede interrumpir los ciclos del sueño e interrumpir el REM, periodo en el que el cerebro está en sueño profundo y es esencial para la recuperación física y mental.
