Kabuki Madrid es uno de esos restaurantes que siempre resuenan en la cabeza de los amantes de la cocina nipona. Sí, este establecimiento ubicado en el número 38 de la madrileña calle Lagasca, en pleno Barrio de Salamanca, se ha convertido en un templo de la gastronomía japonesa fusionada con sabores mediterráneos y latinoamericanos. ¡Es un verdadero placer para el paladar!
El secreto de su éxito, además de una materia prima de primera calidad y de unos platos cuidadosamente pensados y elaborados, reside en dejar al producto y al diseño hablar por si mismos. Sin artificios, sin pretensiones. Esa es la esencia de kabuki Madrid.
En la dirección gastronómica se encuentra el reputado chef mexicano Alejandro Durán, gran innovador de la cocina fusión, experto en técnicas japonesas y que forma parte de Grupo Kabuki desde 2013. Su propuesta se caracteriza por el uso de materias primas de altura para mantener los sabores y la autenticidad de los pescados, así como el uso de las técnicas más puras para trabajarlos, en especial los cortes, su precisión y el respeto a la estructura orgánica de los alimentos. La carta presume sin disimulo de un pescado excepcional. Imprescindibles son su tataki de lubina con mostaza japonesa, cebolleta, wakame y piñones, el nigiri de cigala con grasa de jamón ‘Joselito’ y salsa nikiri y la degustación de atún, selección de sus tres diferentes cortes.
Hay platos
tradicionales y minimalistas japoneses. Desde el Daikon Nishine,
rábano cocido sin agua, o Agedashi tofu, hasta otros más elaborados como la
castañeta de wagyu cocida a baja temperatura durante 72 horas con parmentier,
miso y teriyaki. La influencia mexicana del chef se nota en
platos como el futomaki de cochinita pibil, senbei de
tartar de toro con salsa pastor, nigiri de calamar con salsa
chipotle, roll de papada de cerdo con salsa de chiles Tatemados o
un aguachile de cenizas y pulpo con aguacate sunomono.
El chef Alejandro Durán demuestra una ejecución impecable del estilo robatayaki, una de las técnicas gastronómicas más aclamadas, resumida en fuego en parrilla de carbón. Su sakana kume niniku, pescado blanco con salsa cítrica, o el wagyu japonés de la región de Miyazaki, de grado A5, el más preciado, son sencillamente extraordinarios. El homenaje a la cocina popular madrileña está presente con los yakitoris de callos de wagyu, de oreja de cerdo o de mollejas de cordero, el bocata de calamares, de corte fino con emulsióm de ajo negro y migas de pan y el tartar de atún y huevos rotos. Una carta de lujo que los paladares más exigentes pueden saborear por un ticket medio de 115 €.
Desde que
abrió puertas el pasado otoño, Kabuki Madrid es una de las grandes
direcciones que todo buen sibarita debe tener en el radar. A su
impresionante espacio de más de 500 metros cuadrados, se unió la gran sorpresa
con la que abría el último gran proyecto de Grupo Kabuki: su coctelería,
llamada Kabuki Bar. Es un cosmopolita templo de mixología
con un diseño minimalista a la par que sofisticado y vanguardista como
su curioso e hipnotizante techo que recrea una efecto óptico con triángulos de
espejo retroiluminados con tiras de led.
Frecuentado por multitud de celebrities, empresarios y clientes de la jet madrileña, Kabuki Bar ya es el nuevo "place-to-be" de la capital. Un emplazamiento desenfadado, glamouroso y con mucha vida para los que quieren disfrutar de un "afterwork" con alma Kabuki, tomar una copa durante su shopping por la zona o tomarse un cóctel antes de pasar al restaurante. También se puede disfrutar de una carta corta con una selección de tapas japonesas, nigiris y makis clásicos.
Más información en https://www.grupokabuki.com
