El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible (MITMA) puso en marcha en el mes de junio un proyecto piloto “para mejorar la eficiencia energética y reducir la huella de carbono en la Red de Carreteras del Estado”, según explica desde el mismo ministerio en una nota de prensa publicada el 17 de junio.
Según explica el MITMA en el comunicado de prensa, dicho proyecto consiste en la instalación de placas solares en las “barreras acústicas ya existentes en la autovía A-30, Ronda Oeste de Murcia”, concretamente en el ramal de incorporación del enlace 140 de la Albatalía. Además, estas placas cuentan con un “sistema fotovoltaico autónomo con baterías”, lo que permitirá cubrir las necesidades de iluminación a cielo abierto. Es decir, la energía solar que no utilicen las farolas de la autovía se almacenará para que, en caso de lluvias o poco sol, puedan seguir funcionando sin necesidad de estar conectadas a la red eléctrica tradicional.
Según han explicado fuentes de Transportes al Confidencial Digital: “Murcia es de los lugares de España donde mayor radiación solar anual hay. Es por ello que, para una instalación fotovoltaica de este tipo, la ubicación es idónea. En otras zonas del Estado, con menos días de sol al año, habría que sobredimensionar baterías y paneles fotovoltaicos”. Por lo que la Región de Murcia, debido a su ubicación geográfica, es la mejor opción para empezar con dicho proyecto.
Los siguientes pasos de este proyecto es “estudiar su funcionamiento y evolución en el tiempo”, es decir: la carga y descarga de las baterías, la regulación de los niveles de luminancia a través de un sistema inteligente. Por otro lado también se estudiará “su durabilidad frente a posibles actos vandálicos”, aclaran desde el MITMA.
Según comentan fuentes del MITMA, “la energía eléctrica producida por los paneles solares se transporta a un local donde se transforma mediante inversores fotovoltaicos”, que tienen tecnología de funcionamiento autónoma “y se almacena en 12 baterías de litio de alta eficiencia, que permiten almacenar energía eléctrica para alimentar 15 farolas de alumbrado exterior” durante las noches. Además, en estas farolas “se han sustituido las tradicionales cabezas de vapor de sodio por otras nuevas de tecnología LED”, que tienen una mayor eficiencia energética. Lo que en emisiones supone una reducción en las emisiones de CO2 de 6.775 kg de dióxido de carbono al año.