Encantado con la pista, con el ambiente olímpico, con estar aquí, Rafael Nadal sonríe en zona mixta después de pasearse por todas las teles y radioso y después de dos horas y media de partido de estreno contra Marton Fucsovics . «Creo que he jugado un gran primer set. Un nivel superior a como llegaba jugando últimamente, pero no he conseguido mantener la intensidad ni el ritmo. He bajado el nivel, y en cuanto bajas, el otro empieza a apoderarse», analizaba de primeras el balear, siempre exigente con lo que quiere hacer y lo que quiere conseguir. «Él ha jugado cómodo en el segundo set, al contrario que en el primero, en el que he conseguido hacerle sentir incómodo. Ha cogido confianza, yo he cometido errores y se ha complicado mucho el partido. Al final he conseguido encontrar la manera. Así que feliz porque me da la oportunidad de jugar mañana, que me hace ilusión, aunque precavido», advierte. Porque el miércoles sufrió un pequeño problema en el muslo derecho por lo que tuvo que cancelar los entrenamientos y dedicar horas de fisioterapia en lugar de tenis. «Tuve que parar un día porque tuve un problema en el abductor largo. Salió en la prueba que había algo muy pequeñito, pero había. He trabajado mucho en fisio estos días. Y va aguantando. Pero no tengo la certeza de cómo va a reaccionar algo en un músculo. Es muy pequeño y un músculo que no tiene mucho impacto en los movimientos. Así que estoy relativamente optimista», explicó. Tenía dudas de su reservarse para el dobles, pero se probó por la mañana, todo estaba en orden y por qué no darse la oportunidad de seguir haciendo lo que más le gusta donde más le gusta. «En Francia me siento muy querido desde hace muchísimo tiempo. Todos saben lo importante es que este lugar para mí. Siempre siento un apoyo y un cariño enorme en esta pista». Esta pista donde volverá este mismo lunes para la gran cita del torneo: ese Nadal-Djokovic, capítulo 60 de una rivalidad inolvidable. «Esta es una situación diferente. Cuando hemos jugado casi siempre ha sido en rondas finales por algo realmente importante. Ahora estamos en unos Juegos Olímpicos. No sé a qué nivel puedo estar pero me esforzaré por crearle problemas». Habla sin estar seguro de cómo se levantará después de las dos horas y media ante Fucsovics, porque a veces la alegría de la victoria no recupera mejor el cuerpo. «Es un poco incierto lo que puede pasar. Espero estar con la actitud necesaria y si viene la inspiración, que me pille trabajando», zanja el balear.