Las sardinas, una conserva tradicional, aunque modesta, posee numerosas virtudes: es un alimento nutritivo, saludable y, como cualquier producto enlatado, está siempre listo para facilitar la preparación de un plato.
Junto con el atún y los mejillones, las sardinas enlatadas son una de las conservas más comunes en las despensas de España. Son igualmente útiles para hacer un bocadillo, mejorar una ensalada de pimientos, añadir a una pizza o presentar un aperitivo saludable acompañado de encurtidos.
Por ello, en esta ocasión, la OCU, ha analizado 19 marcas de sardinas en aceite de oliva de supermercados y ha escogido a las mejores:
Considerando la calidad general, el sabor y el precio, tres latas de sardinas en aceite de oliva se destacan como las mejores compras. Todas son marcas blancas y cuestan menos de 9 euros por kilo:
Auchan (Alcampo). Puntuación global: 67 de 100. Precio: 1,00 euro por lata de 120 g. Recibe buenas valoraciones en la mayoría de los criterios evaluados, aunque presenta algunos desgarros en las piezas.
Hacendado (Mercadona). Puntuación global: 65 de 100. Precio: 1,90 euros por un pack de 2 latas de 117 g. Buena calidad general, aunque debería reducir el contenido de sal y mejorar el etiquetado.
Nixe (Lidl). Puntuación global: 64 de 100. Precio: 1,89 euros por un pack de 2 latas de 125 g. Excelente relación calidad-precio, siendo las sardinas más económicas del estudio, aunque se sugiere reducir la cantidad de sal.
Muchos consumidores eligen sardinas porque creen que son un alimento con excelentes propiedades nutricionales. Y no se equivocan, ya que este pescado es rico en ácidos grasos omega-3, minerales como el yodo y el fósforo, y proteínas de alta calidad.
Sin embargo, su alto contenido de grasa, que ronda el 15 %, debe ser considerado por quienes necesitan controlar su peso. En cuanto al contenido de sal, es elevado como en todas las conservas, pero no excesivo. La lata de Carrefour destaca por su contenido de 1,6 gramos de sal por cada 100 gramos de producto.
El nivel de histamina puede indicar si las sardinas estaban en buen estado antes de ser envasadas. En las pruebas de laboratorio no se detectó histamina, lo cual sugiere que la frescura y la calidad de la materia prima son adecuadas.
La calidad final del producto se ve afectada por los defectos de presentación, que son bastante comunes: en 13 de las 19 latas analizadas, los trozos presentan roturas y desgarros, frecuentemente muy visibles, y también se observan algunas retracciones musculares debido a una cocción excesiva.
En relación con la uniformidad de las piezas, como lo exige la normativa, algunas marcas presentan sardinas de tamaños muy variados. Todos estos defectos influyen negativamente en la evaluación del producto.
