El arroz es uno de los pilares básicos de la alimentación humana, ya que, aparte de ser una fuente de vitaminas, la presencia de los minerales niacina, vitamina D, calcio, fibra, hierro, tiamina y riboflavina le hace ser de las mejores fuentes de carbohidratos que tiene la naturaleza.
No obstante, también cuenta con un inesperado elemento, que es el arsénico inorgánico. A diferencia del arsénico en su modalidad orgánica, que es menos tóxico, ya que se absorbe y se excreta rápidamente, mientras que el inorgánico da más problemas.
Según la Centro Internacional de Investigaciones sobre Cáncer (IARC), esta modalidad de arsénico es cancerígena para las personas, pudiendo provocar intoxicaciones tanto a corto como a largo plazo, con los siguientes efectos:
Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) en 2021, algunos de los alimentos que más nos exponen a este elemento dañino son, además del arroz y sus derivados, los productos a base de cereales y el agua de grifo, esta última en menor medida.
¿Esto quiere decir que debemos reducir o dejar de consumir estos alimentos? No, ni mucho menos, siempre y cuando se respeten unos límites, que según la propia EFSA son de 0,3 microgramos por cada kilo de la persona que vaya consumir estos alimentos, aunque hay que estar pendientes de las actualizaciones de estos límites.
Asimismo, también existen formas para poder reducir la presencia del arsénico inorgánico en el arroz, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que además hacemos a menudo antes de consumir este alimento: lavarlo y cocerlo.
En el caso del lavado, el organismo recomienda que se debe hacer poniendo los granos en agua fría y removiéndolos con la mano para eliminar las impurezas, hasta que el agua salga completamente clara. En el caso de la cocción esta debe seguir una proporción, que, según la OCU, será de seis partes de agua por una de arroz, para que este metal se disuelva en el líquido y luego se deseche.
Por su parte, la OCU también analizó, teniendo los informes de la EFSA en cuenta, los diferentes tipos de arroz y derivados para ver qué nivel de este arsénico inorgánico contenían, concretamente de las variedades (en crudo) de: blanco, vaporizado, precocinado, asiático/basmati e integral. Asimismo, también se revisaron los diferentes derivados del arroz:
Los resultados concluyeron que el arroz integral y las tortitas de arroz fueron los que más arsénico inorgánico tenían, con 131 y 139 microgramos por cada kilo de alimento, respectivamente. Por otro lado, no se detectó este metal en los tarros infantiles y en las bebidas de arroz, mientras que sí se hizo en algunas papillas con arroz para bebés. En este último punto ha querido detenerse la OCU, ya que un infante de seis meses y con 8 kilos de peso, ya superaría las cantidades mínimas si toma papillas con arroz dos veces al día.
Es por ello que debemos fijarnos atentamente en lo que comemos, tanto nosotros como nuestros seres queridos, así como seguir una dieta equilibrada basada en productos animales y vegetales que aporte los nutrientes y vitaminas suficientes para nuestro organismo.
