Desde el municipio santiaguero de Palma Soriano, Leydis Montejo, mediante la dirección electrónica leydisray@gmail.com, relata el azaroso y laberíntico curso que ha tomado un subsidio para la vivienda que se le aprobó a su esposo en 2020, con el número de expediente 9353.
Refiere Leydis que con el fallecimiento de su esposo en el propio 2020, las autoridades en el municipio cancelaron el subsidio. Y de entonces para acá ha sido todo una odisea hasta hoy, sin esperanza de alguna solución o respuesta.
Cuenta la viuda que entonces se presentó en el Gobierno municipal, donde le orientaron que se dirigiera a la oficina de trámites para solicitar la continuidad del subsidio, en su condición de copropietaria de la vivienda.
Allí, le confeccionaron la solicitud, y le entregaron el documento para que se lo presentara al técnico de construcción. Pero al percatarse de la demora en el citado proceso, Leydis volvió a presentarse ante el técnico, quien le informó que todavía no había recibido el documento de aprobación de la continuidad.
Leydis volvió a la oficina de trámites para saber sobre la demora de la aprobación, y para colmo le informaron ¡que la solicitud se había extraviado!
Realizó de nuevo otra solicitud de continuidad de subsidio y todo seguía igual. Pasaban los meses y al no ver respuesta fue al Poder Popular municipal, y se entrevistó con el funcionario de la Construcción Yunior Carnero, quien le informó, de forma verbal, que su solicitud estaba aprobada; pero que debía esperar a que se asignaran el presupuesto y los materiales.
Seguían transcurrido los meses, y a principios de diciembre de 2023, se presenta en su casa una trabajadora social para verificar una tercera solicitud de subsidio, la cual ella no había solicitado. Ante tal confusión, Leydis volvió a comunicarse con el funcionario de la Construcción, quien le volvió a confirmar que no se preocupara, que la continuidad del subsidio estaba aprobada.
«Hasta el dia de hoy, afirma, estoy en espera de la notificación oficial de la aprobación de la continuidad del subsidio y de la asignación del presupuesto para los materiales. Ya llevo tres años en este trámite y cada vez lo encuentro más lejos de solucionarlo.
«¿Por qué no se me aprueba la continuidad del subsidio, si solo éramos mi esposo y yo, casados hace 51 años, adultos mayores y yo copropietaria de la vivienda, la cual mantiene las mismas condiciones desfavorables? Actualmente en todas estas instituciones a las que me he dirigido han cambiado varias veces los funcionarios, y mi solicitud sigue en espera», concluye.