Después de casi dos años y medio de lucha contra la invasión rusa, en un contexto en el que los ucranianos consideran la ayuda militar por parte de los aliados lenta e insuficiente, el deseo de paz sigue siendo una prioridad en Ucrania. Sin embargo, como Rusia insiste en sus objetivos maximalistas en el país invadido y mantiene la presión a lo largo de la línea del frente, por el momento no se vislumbra una resolución de la guerra.
Ucrania espera ver a Rusia entre los participantes de la Segunda Cumbre de la Paz. Sin embargo, la «paz» en sí no es suficiente para el país, que ve el 20% de su territorio ocupado por Rusia, ciudades enteras arrasadas, decenas de miles de civiles y soldados muertos, miles de sus niños secuestrados y asimilados y cuya infraestructura ha sufrido inmensos daños por los ataques rusos.
«Hablé de la importancia de una paz justa, no de cualquier paz. Y mi colega chino añadió que la paz debe ser justa y duradera», subrayó Dmytro Kuleba, ministro de Asuntos Exteriores, en una entrevista tras regresar de su visita a China el jueves. «Es Rusia que no está preparada para una negociación justa y solo está preparada «para la guerra, la escalada y la expansión», subrayó el viernes el asesor de la oficina de Zelenski, Mijailo Podoliak. Una combinación de presión diplomática internacional, debilitamiento de Rusia mediante sanciones más efectivas y derrotas en el frente es clave para hacerla cambiar de postura, subrayó.
Para Ucrania, la recuperación de su integridad territorial sigue siendo clave para cualquier resolución de paz. Sin embargo, el presidente Volodimir Zelenski ha suavizado recientemente su postura sobre las posibles negociaciones con Rusia, mencionando que la devolución de algunos territorios podría lograrse por la vía diplomática. Zelenski sugirió anteriormente que las negociaciones para alcanzar un acuerdo de paz con el invasor podrían seguir el modelo establecido durante la creación del paso marítimo desde los puertos ucranianos del mar Negro, cuando Turquía y la ONU actuaron como intermediarios entre las partes.
«Por supuesto, entre los ucranianos no existe el estado de ánimo de que solo podemos luchar con Rusia y no hablar con ella», trasladó a este periódico Anton Grushetski, del Instituto Internacional de Sociología de Kyiv. Las encuestas del Instituto muestran desde hace tiempo que la mayoría de los ucranianos cree que se deben realizar esfuerzos tanto militares como diplomáticos por parte de su gobierno para poner fin a la guerra que comenzó en 2022.
Según el último sondeo, en mayo, cuando Rusia avanzaba en la región de Jarkiv, en medio de retrasos en la ayuda militar de Occidente, el 32% de los ucranianos creía que Ucrania podría hacer algunas concesiones territoriales a Rusia para preservar la independencia del país y poner fin a la guerra. Sin embargo, esto no significa que los ucranianos acepten el control ruso sobre territorios como partes de Zaporiyia y Jerson para siempre, subraya Grushetski. «La mayoría de los ucranianos siguen oponiéndose a la paz a cualquier precio», subraya.
Según el sociólogo, la mayoría está dispuesta a seguir luchando, sobre todo en ausencia de garantías de seguridad reales que impidan a Rusia atacar de nuevo una vez que se recupere de las pérdidas. El 60% de los ucranianos cree que Rusia está dispuesta a destruir físicamente a tantos ucranianos como sea necesario para obtener el control del país o a destruir a Ucrania como nación y asimilarlos como rusos. Los ucranianos solo ven como garantías fiables la entrada de Ucrania en la OTAN, la presencia física de fuerzas occidentales en el país o una ayuda militar mucho mayor, subraya Grushetski.
Más de la mitad de los encuestados, un 57% de los ucranianos, considerarían «con pesar», concesiones territoriales parciales a Rusia si Ucrania fuera aceptada en la OTAN y la UE y recibiera ayuda para reconstruir el país. Sin embargo, los aliados de Ucrania no tienen prisa en invitar a Ucrania a la alianza de la OTAN. También parecen indecisos sobre cómo quieren que termine la guerra, opinan muchos en Ucrania, a juzgar por la lentitud con que llega la ayuda al país.
Esta renuencia de Occidente a hacer sentir en el campo de batalla su gigantesca ventaja en recursos sobre Rusia refuerza la creencia del país invasor de que puede sobrevivir a sus oponentes en una guerra de desgaste y ganar en Ucrania. «Nuestros aliados nos están dando solo lo que necesitamos para no perder completamente la guerra, pero no lo suficiente para ganar y detener el sufrimiento y las muertes», dice Tetiana, esposa de un soldado ucraniano desaparecido en Leópolis.
Mientras espera noticias de su marido, que desapareció hace más de dos años en combate, ayuda al ejército ucraniano y apoya a las familias de otros ucranianos desaparecidos. Está convencida de que el país invadido debe continuar su lucha. Comparte que «no está segura» de si Ucrania es capaz de recuperar todos sus territorios perdidos mediante el uso de armas. Sin embargo, a menos que la victoria de Ucrania sea decisiva, es probable que cualquier tregua ahora signifique que Rusia ataque nuevamente pronto. «En ese caso, el daño será aún mayor e incluso podríamos perder nuestra Ucrania», subraya. «¿Si esto sucediera entonces por qué habrían dado sus vidas los nuestros soldados? No nos perdonarían si nos detuviéramos y nos rindiéramos ante Rusia ahora».