En un año marcado por récords constantes en la temperatura de los océanos, el 2 de julio de 2024 sorprendió al registrar un día sin nuevos máximos históricos. A pesar de la excepción, el calentamiento oceánico sigue siendo alarmante.
La temperatura media de los océanos de la Tierra bate un récord cada día desde hace más de un año, de acuerdo a información del servicio de cambio climático Copernicus revisada por la BBC en mayo de 2024. Sin embargo, el último 2 de julio se registró una variación en esta constante.
Según Climate Reanalyzer, base de datos de monitoreo climático de la Universidad de Maine y Climage Change Institute, en este día, los océanos presentaron una temperatura que no superó a la del año pasado. Un fenómeno así no ocurría desde hace más de un año. Sin embargo, aún es mayor a la calidez de las aguas oceánicas en periodos anteriores.
Climate Reanalyzer reúne información de la temperatura de los mares basada en una combinación de observaciones por satélite, barco y boya. Para las comparaciones, se cuenta con una base de datos desde septiembre de 1981 hasta la actualidad. No obstante, el equipo de científicos a cargo del proyecto precisa que los hallazgos son preliminares hasta que la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) presente un producto final.
A continuación, puede observarse el gráfico donde se observa la variación de la temperatura en julio del 2024 (la línea negra), en comparación a los registros del 2023 (línea anaranjada).
La temperatura de los océanos está aumentando al doble del ritmo de lo que ocurría hace 20 años. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), anunció en su informe Estado del Océano 2024 que en 2023 se registró uno de los mayores incrementos de calor desde 1950.
Asimismo, un estudio publicado en la revista científica Advances in Atmosphere Sciences reveló que la superficie de los océanos alcanzaba el récord de temperatura más alta, en 2023, por quinto año consecutivo.
El aumento de la temperatura de los mares desencadena una serie de efectos negativos en los ecosistemas marinos y en el clima global. El calentamiento de la superficie del mar provoca la degradación de hábitats cruciales como los arrecifes de coral, altera los patrones de migración y distribución de especies marinas. Además, contribuye a la aceleración del deshielo polar, eleva el nivel del mar, y puede intensificar fenómenos meteorológicos extremos.
La temperatura de los mares está aumentando principalmente debido al aumento de los gases de efecto invernadero en la atmósfera. El dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso se liberan en grandes cantidades por actividades humanas, como la quema de combustibles fósiles, la deforestación y ciertas prácticas agrícolas.
Los gases atrapan el calor del sol en la atmósfera, impidiendo que se disipe al espacio. Los océanos absorben más del 90% del exceso de calor generado por este efecto invernadero, lo que lleva a un incremento en su temperatura, de acuerdo al Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC).
A ello, se suma el efecto de cambios en las corrientes oceánicas y fenómenos climáticos que involucran cambios en las temperaturas del océano, como el fenómeno El Niño. Según la NOAA, durante un evento de El Niño, los vientos alisios que normalmente soplan de este a oeste sobre el Pacífico tropical se debilitan. Entonces, las aguas cálidas que usualmente se acumulan en el Pacífico occidental, se desplazan hacia el centro y el oriente.
El calentamiento anómalo de las aguas superficiales en el Pacífico central y oriental puede aumentar las temperaturas de la superficie del mar en esas regiones en varios grados Celsius por encima de los valores normales. El Niño altera la circulación oceánica y atmosférica, lo que afecta cómo se distribuye el calor en el océano global.
En 2023, el fenómeno de El Niño ha sido uno de los más fuertes de las últimas décadas. El calentamiento anómalo de las aguas superficiales en el Pacífico central y oriental ha sido notable, con temperaturas superiores a las normales.
