El juego cambió con dramatismo. La renuncia de Joe Biden a la candidatura y su apoyo a la de Kamala Harris, el domingo, dio ímpetu irrefrenable a la vicepresidenta, aseguró su fluida proclamación en la Convención Nacional Demócrata, dentro de tres semanas, y puso a Donald Trump contra la pared. Como dijo un estratega, bastaron 72 horas para que una derrota inevitable se transformara en una victoria posible. ¿Sucederá?
Harris tiene debilidades reales. Los republicanos insistirán en ellas e inventarán otras. Sin embargo, su candidatura luce formidable y con grandes ventajas a favor. Destaco cuatro.
La edad. El argumento de la vejez, insistente contra Biden, se volteó contra Trump: sus 78 años y dudosa salud, frente a los 59 y la energía de Harris, son irrebatibles. Los electores que rechazaban a ambos tienen ahora un poderoso motivo para cambiar.
La sombrilla. Harris posee particular atractivo para grupos clave de la coalición demócrata: mujeres, jóvenes, afrodescendientes, latinos, asiáticos y población LGBTI+. De la desmotivación han pasado a la energía y la movilización.
Las propuestas. Están en construcción, pero todo indica que su campaña se orientará hacia temas que tocan a la gente. Además, la ha planteado en clave de futuro y, frente a los exabruptos apocalípticos de Trump, apuesta a la esperanza, la superación y el cambio generacional.
El vice. Al escoger como el suyo al extremista J. D. Vance, Trump apostó a su base. Harris seleccionará alguien que amplíe la suya y, sobre todo, extienda su atractivo hacia obreros blancos. En esto pueden ayudar temas transversales, como salarios, acceso a la salud y programas sociales.
Las debilidades. Ser mujer “de color” la impulsa entre muchos, pero genera prejuicios en otros; lo mismo puede decirse de sus posiciones liberales. Y será difícil distanciarse de las presiones migratorias y el costo de vida.
Por el momento, navega con velocidad. A principios de julio, Trump superó a Biden por seis puntos porcentuales en una encuesta del New York Times; en otra publicada este jueves, y realizada antes de que asegurara su candidatura, la diferencia con Harris se redujo a uno; en otras, está marginalmente a la cabeza.
Sí, la victoria parece posible. Pero faltan 102 días para el día D. Será necesario que el entusiasmo de hoy se consolide como tendencia.
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El autor es periodista y analista.
