No fue la alegría de la huerta, pero no ha sido contratado de animador, sino para enhebrar un bloque competitivo. Entre las entrevistas oficiales y la rueda de prensa ante los medios, el técnico alemán ha ido desbrozando lo que podría denominarse, o se intuye que a él le gustaría que se llamara:
Flick Team. Primero la adscripción a
Cruyff y
Guardiola, un tópico recurrente de las últimas épocas que recuerda el éxito, relegando el papel de otros grandes técnicos de la historia blaugrana en el que estaría muy bien que se sumara
Flick, aunque ningún entrenador alemán ha sido recordado con pasión por el barcelonismo. A uno (
Hennes Weisweller) se lo cargó
Cruyff y al otro (
Udo Lattek), le puso la cruz
Schuster. Pero la declaración, seguramente sugerida, tiene un buen tono de reconciliación con el fútbol más aplaudido.
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