Junio, el último mes con redes QR cerradas a pagos con tarjeta de crédito, marcó una foto conocida en la Argentina: se registraron más pagos minoristas entre billeteras y agregadores de la misma compañía que entre aquellos de distinta marca. La diferencia fue abismal.
Mientras que las transferencias interoperables alcanzaron a 53 millones de operaciones por un total de $ 612.269 millones; los pagos entre los mismos proveedores de servicios de pago treparon a 395,6 millones, por un volumen de dinero de $ 4,5 billones.
Se trata de casi ocho veces más pagos los que fueron iniciados por billeteras y agregadores de la misma marca. Es decir, aún son mayoritarias las transferencias inmediatas en las que tanto la cuenta de pago del cliente ordenante como la del cliente receptor se encuentran dentro de un mismo PSPCP.
Dentro de estas operaciones, el 85,5% se realizó con botón o link de pago, mientras que el 14,5% se cursó con QR. Las primeras fueron 338,3 millones de operaciones por $ 3,9 billones. Las efectuadas con QR fueron 57,3 millones de transacciones por $ 648,2 mil millones.
En tanto, las transferencias interoperables fueron mayoritariamente (85,5%) con QR. Estos pagos alcanzaron más de 45 millones de operaciones por $ 540,2 mil millones. El 68,1 % fue realizado por clientes que utilizaron sus cuentas a la vista y un 31,9 % lo hicieron con sus cuentas de pago. El 14,5% restante transfirió mediante un token.
La interoperabilidad total en pagos con QR empezó a implementarse en julio, pese a que el Banco Central lo había dictaminado en mayo.
"Toda billetera digital interoperable que permita efectuar pagos con tarjeta de crédito mediante la lectura de códigos QR deberá poder leer toda imagen impresa, dispositivo o terminal que sea provista o facilitada por todo adquirente o agregador que permita aceptar pagos con dicho instrumento mediante la lectura de un código QR", rezó la Comunicación A8032.
El impacto de esa apertura recién podrá verse en agosto, cuando el BCRA difunda el informe de pagos minoristas de julio.