En las entrañas de la ciudad de Auxerre, en Francia, un equipo de arqueólogos ha desenterrado un tesoro histórico que está reescribiendo nuestra comprensión de la vida y la muerte en la antigüedad. Se trata de una necrópolis donde se enterraban niños recién nacidos o que fallecían en la infancia, un hallazgo que arroja nueva luz sobre las prácticas funerarias de los antiguos galos y romanos que habitaron la región.
“Este descubrimiento es de una importancia excepcional. Nos permite adentrarnos en un aspecto poco explorado de la vida cotidiana de nuestros antepasados: la muerte infantil y cómo las comunidades antiguas lidiaban con esta pérdida”, afirmó el director de la excavación. Este descubrimiento fue realizado por arqueólogos del Instituto Nacional de Investigaciones Arqueológicas Preventivas (Inrap), en febrero de 2024.
La necrópolis, situada en las afueras de la antigua ciudad de Autessiodurum, se encuentra en un estado de conservación excepcional. Junto a los restos de los pequeños, los arqueólogos han encontrado una variedad de objetos funerarios que revelan mucho sobre las creencias y prácticas de la época. Vajillas de cerámica, amuletos, monedas y pequeñas figuras acompañaban a los niños en su último viaje, lo que sugiere la existencia de rituales funerarios específicos para los más pequeños.
"La presencia de estos objetos indica que los antiguos habitantes de Auxerre creían en una vida después de la muerte, incluso para los niños (…) Estos objetos podrían haber sido destinados a proteger a los pequeños en su viaje al más allá o a proporcionarles todo lo necesario para su nueva existencia", explicó el arqueólogo.
La necrópolis de Auxerre también nos ofrece pistas sobre la estructura social de la época. La superposición de algunas tumbas propone que el espacio en la necrópolis era limitado y que, posiblemente, el estatus social de los niños influía en la forma en que eran enterrados.
"La disposición de las tumbas y los objetos encontrados nos permiten plantear hipótesis sobre la organización social y las jerarquías dentro de la comunidad", señaló el arqueólogo encargado del estudio. "Es posible que los niños de familias más pudientes hayan recibido un entierro más elaborado", agregó.
Este descubrimiento no solo es de gran relevancia para los historiadores y arqueólogos, sino también para la comunidad de Auxerre. La ciudad se prepara para convertir el sitio arqueológico en un museo al aire libre, lo cual permite que el público en general pueda conocer y apreciar este importante hallazgo.
“Este descubrimiento nos conecta con nuestras raíces y nos recuerda la importancia de preservar nuestro patrimonio cultural. Queremos que este sitio sea un lugar de aprendizaje y reflexión para las generaciones futuras”, afirmó el alcalde de Auxerre.
Aunque este descubrimiento ha arrojado nueva luz sobre las prácticas funerarias de los antiguos habitantes de Auxerre, aún quedan muchas preguntas por responder.
Los arqueólogos continuarán investigando este fascinante sitio en busca de respuestas a estas preguntas. Sin duda, la necrópolis de Auxerre seguirá revelando secretos sobre nuestro pasado y enriqueciendo nuestro conocimiento sobre la vida y la muerte en la antigüedad.