A falta de conocer el detalle del acuerdo entre el PSC y ERC para hacer presidente de la Generalitat de Cataluña a Salvador Illa, que estarían ultimando los equipos negociadores de ambos partidos, con la intención de que la semana que viene se pusiera a consideración entre las bases de los de Marta Rovira, pocas, por no decir ninguna, son las voces autorizadas en ERC que se manifiestan en contra del inminente pacto. Este viernes, sin embargo, un grupo minoritario de afiliados, crítico con la dirección, ha pedido que, en la futura consulta interna, la militancia diga «no». El autodenominado Col·lectiu de militants d'ERC Primer d'octubre ha firmado un comunicado defendiendo que su partido no puede hacer presidente de la Generalitat a Illa porque el líder de los socialistas catalanes es «una persona que aplicó con devoción la represión contra los políticos independentistas desde 2017» y ha recordado que el exministro se manifestó en octubre de aquel año «del bracito de Borrell, Ciudadanos, Vox y PP contra el independentismo». Este colectivo de militantes de ERC, que bascula sus preferencias en opciones secesionistas en lugar de las premisas de izquierdas, considera que no se puede aceptar «bajo ningún concepto que ERC facilite con sus votos» a Illa. En esta línea, en el comunicado, que supone el pistoletazo de salida de una campaña en la que la dirección de ERC pedirá el voto a favor del pacto con el PSC, si finalmente se materializa, y que contará con el visto bueno, directa o indirectamente, de Oriol Junqueras, previsiblemente, se apunta también que «ningún pacto» puede «justificar» que los 20 diputados de ERC en el Parlamento de Cataluña acaben permitiendo que el próximo presidente autonómico sea alguien que «nos quería en la cárcel». Así, «ninguna promesa de cumplimientos futuros lo pueden avalar». Para el Col·lectiu de militants d'ERC Primer d'octubre, «las promesas de los gobiernos españoles tienen cero credibilidad y las de los socialistas no son ninguna excepción». Y ha recordado las palabras de José Luis Rodríguez Zapatero cuando desde Barcelona señaló, en un mitin del PSC, antes de que el líder del PSOE fuera presidente del Gobierno (2003), que apoyaría «el Estatuto que apruebe el Parlament de Cataluña». Una promesa que, en opinión de los secesionistas, no cumplió ya que en el trámite de aprobación del Estatuto, por las Cortes Generales, se modificaron artículos para adecuarlo a la Constitución. «Basta de migajas, basta de promesas», defiende el grupo de militantes, que sostiene que lo que tiene que hacer su partido es «poner sobre la mesa el respeto a nuestro legítimo derecho a la autodeterminación» y, por lo tanto, poner por delante de todo «nuestra voluntad de ser un Estado independiente». Así, apuesta por «priorizar» el diálogo con Junts y la CUP, partidos a los que no cita, «y tejer una estrategia compartida», en la línea de lo que viene defendiendo en los últimos meses el candidato de Junts y expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. Por todo esto, además de avanzar el sentido del voto en la hipotética consulta si finalmente la dirección de ERC llega a un acuerdo con los socialistas, el «no», este colectivo de afiliados al partido de Rovira señala que «no nos tiene que dar miedo ir a una repetición de elecciones», que se celebrarían el 13 de octubre si antes del 26 de agosto no hay un nuevo presidente autonómico catalán. «Hemos de explicar a nuestros votantes que pueden confiar en nosotros de nuevo porque siempre pondremos la bandera de la independencia delante de todo y que nunca ningún independentista será nuestro adversario», concluye.