El grupo Corazón Silenciado, la primera asociación oficial en Portugal de víctimas de abusos en la Iglesia Católica, se opuso este jueves "radicalmente" al mecanismo creado por la Conferencia Episcopal del país para indemnizarles.
El cofundador de Corazón Silenciado, António Grosso, indicó a EFE que el reglamento dado a conocer por la institución sobre cómo va a proceder para llevar a cabo esas compensaciones no hace más que "victimizar" de nuevo a las personas que sufrieron abusos y añadir más burocracia.
La víctimas que quieran solicitar una indemnización "tendrán que acudir a una comisión, luego ir a otra para hacer un relato sucinto de lo que les ocurrió con el fin de inscribirse para las compensaciones, y después acudir a otra comisión, para de forma presencial contar de forma detallada su historia para ser juzgadas".
En consecuencia, en opinión de Grosso, este reglamento obliga a "juzgar a las víctimas y no a la Iglesia ni a los agresores".
De acuerdo con el documento presentado hoy por la Conferencia Episcopal de Portugal (CEP), quienes deseen solicitar una indemnización deben hacer una petición por escrito al Grupo VITA, creado por la Iglesia para investigar los abusos, o bien a las Comisiones Diocesanas, los Institutos Religiosos o las Sociedades de Vida Apostólica.
Por cada solicitud se va a crear lo que la CEP denomina Comisión de Instrucción, integrada por personas vinculadas a la Iglesia, que va analizar la petición y celebrará una audiencia presencial con la víctima para emitir una opinión sobre si el caso amerita o no una indemnización.
Por último, otro comité, llamado Comisión de Fijación de la Compensación, compuesta por siete personas, la mayoría juristas, relacionadas con la institución, determinará los montantes a pagar.
Finalmente, la CEP dará el dictamen definitivo en base a la recomendaciones de las dos comisiones.
Grosso consideró que esto parece un enjuiciamiento ante un tribunal civil con todo tipo de burocracia y comités varios.
"Todo para que después personas que no conocemos de ningún lado tenga que juzgarnos para saber si nuestro sufrimiento merece más de 5.000 euros o no, cinco céntimos más, cinco céntimos menos...".
"Esto es ridículo, es burocracia, es un enjuiciamiento y es de todo menos equitativo", lamentó.
A su juicio, la Iglesia debería tener una postura "más simple, más generosa y más igualitaria": "El principio debería ser amaros los unos a los otros y no amaros más unos que otros, porque la Iglesia está aquí pidiendo a las comisiones que establezcan una tabla de precios del sufrimiento".
Y señaló que para él "el mejor ejemplo" es el de Suiza, donde se indemnizó a "12.500 víctimas con el mismo importe, 25.000 francos suizos, cerca de 25.000 euros".
La CEP aprobó en su asamblea plenaria de abril pasado el pago de esas compensaciones, después de que varias víctimas exigieran una indemnización económica, independientemente de que sus casos avanzaran a nivel judicial, ya que muchos han prescrito.
En enero pasado, Corazón Silenciado y la CEP llegaron a "un entendimiento" para elaborar un estudio sobre el número de personas a indemnizar.
Un informe realizado por expertos a petición de la CEP reveló en febrero de 2023 que en el país hay al menos 4.800 víctimas de pederastia desde 1950, informa Efe.