Un nuevo estudio detalla cómo se modificó la temperatura de la Tierra y logró dar origen a la vida.
El verdadero origen de la Tierra y el pasado suelen ser considerados como un misterio para la humanidad. Gracias a la ciencia y los avances tecnológicos es más simple retroceder los años y analizar la evidencia que está en nuestro planeta.
Un grupo de geólogos del Departamento de Ciencias Minerales del Museo Nacional de Historia Natural logró descifrar qué sucedió bajo la corteza terrestre hace más de 2.500 millones de años.
Las investigaciones y análisis realizados sobre las rocas brindan fragmentos de información esenciales para comprender mejor el manto terrestre.
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Debajo de la corteza exterior, se encuentra el manto de la Tierra que forma la mayor parte de su volumen y que está compuesto por diferentes tipos de rocas. Una de las que se encuentran en mayor medida es la peridotita. La misma presenta una notable diferencia entre sus muestras prehistóricas y modernas.
Cuando las rocas se exponen al oxígeno se transforman mediante un proceso conocido como oxidación. En el caso de la peridotita, los geólogos descubrieron que los restos antiguos del manto terrestre están mucho menos oxidados que los presentes en el manto moderno.
Esto podría sugerir que algo determinante cambió entre el Eón Arcaico, que sucedió hace más de 2.500 millones de años, y la Tierra.
Roca milenaria extraída del fondo marino.
Los geólogos habían sugerido que los cambios en los niveles de oxígeno de la Tierra podrían explicar esta diferencia o tal vez un aumento significativo de oxígeno en algún momento que alteró la química de las rocas, llevándolas a tener una mayor oxidación.
Según lo informado, los nuevos indicios sugieren que el cambio en la oxidación es una señal de que las rocas del manto de la Tierra se fundieron en calor extremo y luego persistieron durante miles de millones de años.
Las rocas analizadas fueron extraídas de dos puntos del fondo marino, donde el manto terrestre forma nueva corteza. Algunas muestras provienen de las zonas cercanas a la India, entre el sur de África y la Antártida, y otras cerca del Polo Norte.
Estos extractos son claves porque la nueva corteza se forma más lentamente en estas zonas dorsales y de ellas se puede obtener más información relevante a la hora de estudiarlas.
La nueva investigación tuvo como objetivo comprender la relación entre los estados de oxidación en la corteza oceánica y el manto terrestre, así también como las variaciones en el oxígeno en las peridotitas.
En estudios anteriores, los mismos investigadores descubrieron que las peridotitas presentaban variaciones extremas en su interacción con el oxígeno, esto llevó a estudiar a fondo de la cordillera de Gakkel.
Por medio de las investigaciones, las rocas del manto moderno mostraron signos de haber sido derretidas en mayor medida hace entre 2.500 y 4.000 millones de años.
Imagen obtenida desde un microscopio de las rocas obtenidas en Gakkel Ridge, cerca del Polo Norte.
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Los geólogos estiman que el interior de la Tierra en el pasado tenía más de 200 grados Celsius más que hoy. Estas temperaturas extremas probablemente causaron el derretimiento de las rocas analizadas.
Esta investigación permite entender y analizar la Tierra cuando nuestra especie estaba recién en sus inicios evolutivos. También, redefinen la historia geológica de la Tierra hasta ahora y como se la pensaba.
Además, el análisis del proceso calentamiento, que tuvo impacto en las rocas fundidas dentro de la Tierra, permite a los investigadores entender una parte clave de la historia del planeta y el surgimiento de las condiciones de la vida.
