Esta semana el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó el último dato de inflación para la primera quincena de julio el cual se ubicó en 5.61 por ciento anual. La aceleración de la inflación se debió, principalmente, al aumento de precios del componente no subyacente (el más volátil y el que tiene menos injerencia la política monetaria).
Al interior de la inflación no subyacente, la de las energías fue 7.30 por ciento y la de las frutas y verduras 25.69 por ciento. La escasez de agua está perjudicando a la producción de alimentos lo que está elevando sus precios de manera importante. Por otro lado, la falta de inversión en el sector energético está encareciendo la producción de electricidad.
Con este dato se complica el accionar del Banco de México. En su última minuta la mayoría de los miembros de la junta de gobierno sugerían un recorte de la tasa de interés pronto. Sin embargo, una inflación que continúa acelerándose pondrá en peligro una política monetaria más acomodaticia. El fuerte incremento de los precios energéticos puede comenzar a contaminar a la producción de bienes y servicios, lo que generaría una espiral de crecimiento de precios al alza.
Estamos entrando en un episodio que en teoría económica se llama estanflación, es decir, alta inflación y bajo crecimiento económico. Los últimos datos del IGAE y de empleo en el sector servicios y manufacturero, apuntan a una marcada desaceleración de la economía.
Al mismo tiempo, la inflación persiste con una tendencia al alza. Si Banxico mantiene las tasas de interés elevadas perjudicará aún más al dinamismo de la economía lo que contribuirá a una marcada desaceleración económica adicional.
Los principales analistas económicos y organismos internacionales han recortado la expectativa de crecimiento en el país. Además, una victoria de Donald Trump complicaría aún más la economía nacional debido a las amenazas de imponer aranceles lo que elevaría los costos de producción del país y generaría presiones inflacionarias más permanentes.
El 2025, será un año de consolidación fiscal por el elevado déficit observado en 2024, lo que perjudicará aún más al crecimiento potencial del país. Sin un sector externo favorable las perspectivas de crecimiento podrían ser menores a lo esperado. Será muy importante seguir de cerca el resultado de las elecciones en EUA. Así, la economía del país parece que está entrando peligrosamente en una estanflación.
El autor es director general de Soluciones Financieras GAMMA y profesor de Economía y Finanzas de EGADE Business School. Tiene un doctorado en Finanzas y maestría en Economía Financiera, ambas por la Universidad de Essex en el Reino Unido. Fue el economista en jefe para México de Itau BBA, director general adjunto de Organismos