Una mayoría de franceses están descontentos o muy descontentos por la celebración de los Juegos Olímpicos en París , estimando que el «fastidio» y las «molestias» son superiores a las ventajas que puede ofrecer el acontecimiento deportivo planetario. Según un sondeo publicado por el matutino conservador 'Le Figaro', un 56-57 por ciento de los franceses están descontentos con la celebración de la gran cita deportiva. En el sondeo han participado más de 56.000 lectores. Sin ser un testimonio único y capital, sí se trata de un indicador de tendencia significativo que coincide con otros estudios. Según otro sondeo publicado por 'Sud Radio' y el vespertino'Le Monde', un 36% de los franceses se mantienen indiferentes, otro 24% manifiestan inquietud y otro 5% de franceses dicen estar «en cólera» ante el espectáculo universal de los Juegos. Se trata de una realidad muy alejada del espectáculo universal. El sondeo de 'Sud Radio' y 'Le Monde' coincide con las manifestaciones de cólera contenida de una gran mayoría de propietarios de bares, «brasseries», restaurantes y hoteles parisinos, víctimas de unas medias de seguridad que han provocado una caída espectacular de la afluencia de nacionales y turistas. Muy groseramente, el francés medio, que sigue este acontecimiento planetario a través de los medios de comunicación y las redes sociales, es sensible a la actualidad más ingrata, del gris oscuro al negro azabache. Nadie duda del carácter grandioso, previsiblemente, de la gran ceremonia de la inauguración, con inmensos fuegos artificiales, iluminaciones espectaculares de la Torre Eiffel y otros monumentos nacionales… Sin embargo, tras esa luminotecnia fuera de serie, histórica, en todos sus aspectos esenciales, el parisino y el francés «medio», de a pie, se pregunta si un espectáculo tan gigantesco no está «ocultando», en cierta medida, el estado de precariedad urbana y social de muchos franceses , víctimas, a su modo de ver, de una «grandeur» que tiene rostros menos entusiasmantes.
