La pareja de la mujer que apareció muerta en el interior de una caravana en Motril (Granada) ha pasado a primera hora de la mañana de este 25 de julio a disposición judicial. Pero en principio no se le atribuye su asesinato, sino la posible comisión, con anterioridad, de un delito de violencia machista contra esa mujer. Irene era una madrileña que vivía en la localidad costera y que a menudo estaba con ese hombre, llamado Luis . Ella le confesó a la asociación de mujeres víctimas de violencia La Volaera que llevaba más de un año siendo víctima sistemática de malos tratos por parte de él, que ni siquiera convivía con ella sino que «iba y venía». La Volaera entregó a la Policía Nacional, encargada de la investigación, algunos de los audios y mensajes de texto que Irene les mandó. El colectivo feminista nunca logró que ella denunciara los hechos, ni tampoco que se trasladara a una casa de acogida. El contenido de esos audios y mensajes ha determinado que la Policía Nacional ponga a Luis a disposición de la justicia, pero sigue pensando que él no la mató. Tiene una coartada sólida. Por el momento, el cuerpo de seguridad no ha facilitado más información. No hay ningún detenido y, como ha dicho esta mañana el delegado del Gobierno, Pedro Fernández , no hay «un indicio claro» de cómo pudo producirse la muerte violenta de Irene, de la que hoy se cumple una semana. «Todas las líneas de investigación siguen abiertas», ha reiterado Pedro Fernández. Los investigadores siguen recabando estos días datos de la autopsia y de las inspecciones oculares, así como pruebas periciales y testificales. Es «una investigación complicada y hay que dejar trabajar a los policías para que finalmente se sepa qué es lo que ha ocurrido», ha añadido.