No son pocas las extravagancias, monstruosidades y eventos fantásticos que convierten el verano en una ficción y en ocasiones hasta en una infección. Si el año pasado di buena cuenta en estas páginas del bestiario nacional en tiempos de bañador —desde la Gorgona bolchevique hasta el Tigre de la telegenia—, esta vez toca un repaso a esos lugares insospechados a los que jamás tendremos acceso y que componen una ruta aventurera como pocas: los cuartos de baño en el Elíseo, el turismo de playa de la Puerta del Sol o las dunas ferroviarias de Extremadura. La primera parada de este 'Lonely Planet' imaginario comienza en un paraje insospechado y, a día de hoy, sometido a un estrés climático, judicial y...
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