Los ministros Félix Bolaños y Ernest Urtasun han pilotado las reuniones entre el Gobierno y los partidos con representación parlamentaria, a excepción de Vox, para acercar posturas sobre las propuestas de regeneración democrática anunciadas por Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados.
Los dos ministros se reunieron esta semana, en primer lugar, con el portavoz del PNV, Aitor Esteban, y a continuación con la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, y con el portavoz del Senado, Gorka Elejabarrieta.
Después, mantuvieron encuentros con representantes de Podemos y BNG, en este orden, y al día siguiente, cerraron con PP, Junts, ERC, UPN y Coalición Canaria.
Según ha podido escuchar El Chivato, en ámbitos próximos a La Moncloa, el orden de citación de los grupos parlamentarios para negociar el proyecto estrella de Sánchez para los próximos meses no es casual. Aseguran que ha sido perfectamente calculado.
Tras verse con el portavoz del PNV, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, impuso que los siguientes en ser convocados fueran los representantes de Bildu. Y, en este caso, no solo su portavoz en la Cámara Baja, sino también el del Senado.
Según ha escuchado El Chivato, la decisión responde a que el PSOE se ha propuesto cuidar a Bildu porque “se porta bien”.
En efecto, el partido abertzale es el único socio que no se ha descolgado –de momento– de ninguna votación llevada por el PSOE al Congreso. Desde ámbitos socialistas afirman que está siendo “el aliado más fiable para Sánchez”, en los ocho meses tras la investidura.
En Ferraz recuerdan, por ejemplo, que, en febrero, los socialistas llevaron una PNL para apoyar a la cadena de valor del sector del automóvil y despliegue del vehículo eléctrico, y conectado de Galicia, que contó con el voto a favor de Bildu, y con la abstención de Junts, ERC y PNV, el resto de socios habituales.