Los accionistas de Talgo se han revuelto de forma definitiva contra lo que consideran unas injerencias improcedentes por parte del Gobierno en la oferta para adquirir la compañía que ha hecho el consorcio húngaro Ganz-Mavag Europe, controlado por Magyar Vagon. Tanto a los grandes como a los pequeños les parece que la forma de proceder del Ejecutivo, reacio a la operación por la conexión de algunos directivos del consorcio con el presidente húngaro, Viktor Orban, hombre cercano a Vladimir Putin; no es de recibo.
A Pegaso Trilantic, que controla el 41,5% del capital; y al resto de la dirección, que han mostrado su apoyo a la OPA húngara, les preocupa que la forma de proceder del Gobierno está ocasionando ya, según advierten, perjuicios a la compañía. Talgo ha remitido una misiva, dirigida a la Dirección General de Comercio Internacional e Inversiones, que depende de la Secretaría de Estado de Comercio, en la que alude a "problemas con el acceso y aseguramiento de la financiación necesaria para los proyectos y contratos existentes", así como en "la negociación con proveedores y suministradores" y a la hora de "reclutar profesionales solventes" por la incertidumbre sobre su futuro.
El documento explica que todos los consejeros de Talgo, tanto los dominicales en representación de Pegaso Transportation, dueño del 41,5 % del capital, como los independientes, quieren que el Gobierno se pronuncie sobre la oferta del consorcio húngaro.
Debido a sus reticencias a la OPA, el Gobierno ha tirado del escudo antiopas que levantó durante la pandemia y está analizando el posible veto de la operación. La Junta de Inversiones Exteriores (Jinvex) está ahora mismo confeccionando un informe que debería tener listo a principios del mes que viene y que servirá el Consejo de Ministros para justificar su decisión que, de ser contraria a la OPA, deberá estar bien argumentada y justificada para no ser rechazada por la UE.
El consejo de Talgo no es el único que se ha revuelto contra lo que consideran una injerencia injustificada del Gobierno en la OPA.
Hoy mismo, la Asociación Española de Accionistas Minoritarios de Empresas Cotizadas (Aemec) ha advertido a través de un comunicado que iniciará acciones judiciales contra el Gobierno por dificultar su derecho a decidir en caso de vetar la OPA húngara.
La asociación cree que durante el Covid-19 pudo tener una justificación vetar estas operaciones, pero que en el momento presente puede constituir "una vulneración de los principios fundamentales de la Unión Europea".
"Aemec no descarta emprender acciones de responsabilidad patrimonial contra el Estado, en reclamación no solo de los daños emergentes que puedan sufrir los accionistas con ocasión de la caída del valor de la acción, sino también por el lucro cesante, como consecuencia de no poder materializar una oferta del todo atractiva para los accionistas minoritarios, privándoles de poder vender sus títulos a 5 euros", argumenta, aludiendo a la "indefensión absoluta" en la que cree que se encuentran los más de 8.000 accionistas de Talgo.
Aemec también valora iniciar acciones administrativas o judiciales contra la compañía checa Skoda por presentar una alternativa a la OPA húngara sin ofrecer una contraprestación, sino solo una declaración de intereses para combinar sus negocios. La asociación de minoritarios considera que la firma checa ha incurrido en una conducta de "abuso de mercado", que además ha provocado una caída de la acción de Talgo, devolviendo su cotización al terreno en el que se encontraba antes de trascender la oferta de Magyar Vagon.
Tras el rechazo de la OPA húngara, el ministro de Transportes, Óscar Puente, declaró públicamente que estaban buscando una alternativa. A mediados de julio, Skoda manda una carta de interés a Talgo proponiendo la integración de sus negocios, aunque sin ofrecer detalles económicos. Una alternativa que fuentes de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) consideran inviable pues la mayoría del capital de Talgo quiere vender y, ante ello, sólo cabe que lance una contraopa superior a la de Magyar Vagon.
La oferta de Skoda también ha suscitado las quejas de Magyar Vagon. La compañía húngara remitió hace unos días una dura carta a la CNMV para pedir amparo y denunciar que el interés de la compañía checa no es más que una maniobra para torpedear su oferta "por la puerta de atrás". Magyar Vagon asegura que Skoda no tiene un proyecto industrial que respalde su posible integración con Talgo ni tampoco músculo económico.