El ministro de Economía, Luis Caputo, se llevó apenas una parte de lo que precisaba de la reunión con el campo. Quería tender puentes con el sector para asegurarse que el presidente Javier Milei no pasará un mal momento el domingo durante el acto de inauguración de La Rural, y todo indica que ese flanco está cubierto. Esto, incluso, pese a que no hay nada concreto que hoy el Gobierno le pueda ofrecer al sector como zanahoria.
Lo que Caputo no logró es agilizar la liquidación de exportaciones de granos, una necesidad cada vez más aguda para el Gobierno, y algo que el campo viene haciendo a cuentagotas a la espera de mejores condiciones del tipo de cambio.
Es cierto, también, que el ministro no tuvo demasiadas herramientas para que el campo saliera del almuerzo en La Rural lanzado a exportar sus granos. Apenas le alcanzó para pedirles confianza. "Le pedimos al campo que confíe. No hay resquemores hacía el campo. Estamos en un momento histórico", solo atinó a decir a la prensa.
Ya en el almuerzo, no hubo demasiado más. Los integrantes de la Mesa de Enlace reiteraron una vez más el reclamo por la quita de las retenciones, y el ministro repitió que el camino del Gobierno va en ese sentido, aunque es una situación que se dará "más adelante", ya que hoy el objetivo central es cumplir con la meta de déficit fiscal cero, algo imposible sin los ingresos que suman las retenciones.
En medio de esto, el campo advierte que el momento de tener expectativas y confianza ya pasaron. "Van seis meses de gestión y si bien desde el Gobierno tuvieron algunos gestos hacia al campo, en especial con algunas economías regionales y la cadena de la carne, es imposible no ver que falta avanzar sobre dos grandes temas como las retenciones y el tipo de cambio", analizó uno de los dirigentes del agro.
De hecho, hasta hoy se liquidó menos del 50% de la cosecha, y el campo mismo asegura que no hay una idea de avanzar demasiado con estas operaciones. "Se irá viendo en base a las necesidades financieras de los productores", afirman.
Sin embargo, mientras tampoco haya una modificación del tipo de cambio que reciben los exportadores, difícil que se de un cambio de panorama.
La confianza que pide el Gobierno está; lo que falta son señales concretas de que las mejores condiciones llegarán.
Lo que quedará por ver ahora es el contenido del discurso de Milei el domingo en La Rural. Lo que queda descartado casi por completo es que se haga alguna referencia directa a un cambio inmediato en estas políticas, aunque lo que se puede llegar a dar es alguna novedad, por ejemplo, que tenga que ver con lo impositivo o que lleve algún tipo de alivio para el agro, al menos como para calmar la ansiedad.
Las cifras que muestra Ciara-CEC en su último Monitor Agroindustrial, en junio, muestran el freno exportador y el por qué del apuro del Gobierno por sumar ingreso de dólares. La entidad precisa que quedan 35 millones de toneladas de soja sin vender, el equivalente al 73% de la producción total. Y si se suma el maíz, quedan disponibles para liquidar 42,2 millones de toneladas.
En el caso del maíz, en tanto, los productores vendieron el mayor porcentaje si se toma el total de la producción de granos, el 39%, aunque al mismo tiempo esa marca es la menor de los últimos cinco años, lo que muestra la gravedad de la situación.
Por otro lado, entre soja y maíz hay 42,2 millones de toneladas sin vender y sin fijar precio. De ese total, el 83% corresponde a la soja, con un total de 35 millones de toneladas, de las cuales 26,4 millones están en manos de productores en silos de almacenaje y 8,6 millones se entregaron a fijar y están pendientes de determinar precio.
En tanto, para el caso del maíz también se da un escenario particular. Quedan 7,2 millones de toneladas, equivalentes al 17% del total de ambos productos, de los cuales 5,7 millones son físicas en manos de productores y 1,5 millones entregadas a fijar precio.
