Nuevo traspiés para las monjas cismáticas de Belorado en su intento de autofinanciarse después de separarse de la Iglesia católica. El grupo liderado por la ex abadesa, sor Isabel de la Trinidad, ha puesto en marcha una campaña de «crowdfunding» a través de la plataforma digital PayPal que no parece estar cumpliendo las expectativas generadas por ellas mismas.
Las clarisas se habían puesto como meta recaudar 20.000 euros en un mes. Sin embargo, cuando se ha superado la mitad del plazo de su reto, han alcanzado 2.482 euros, una cifra significativa, pero que no llega al 12,5% de la cantidad soñada. Según la información facilitada por PayPal, hasta la fecha habrían participado en esta campaña de donativos un total de 54 personas.
Este escenario se complicaría aún más en tanto que la priora defenestrada, de nombre civil Laura Gil de Viedma, ha promovido esta iniciativa a través de la Asociación Monasterio Santa Clara de Belorado, una entidad civil que habrían creado para no rendir cuentas a la Iglesia y defender la propiedad de los conventos. Sin embargo, hasta la fecha, la entidad no aparece en la versión online del Registro Nacional de Asociaciones. Este limbo legal podría influir en los efectos fiscales del «crowdfunding» que está en marcha.
En cualquier caso, las monjas continúan con sus ataques a través de redes sociales para intentar minar la credibilidad del Arzobispado de Burgos. Así se refleja en el argumentario sobre el que se asienta su campaña de donativos. «Pedimos ayuda para subsistir económicamente, dado que se nos han intervenido las cuentas bancarias y no podemos hacer frente a los gastos ordinarios de nuestra comunidad religiosa», expone la exabadesa. A la par, denuncia los «insultos, calumnias, desamparo, aniquilación de la buena fama, coacciones, intentos de usurpación de Administración y propiedades, amenazas de desahucio y una campaña de odio y desprestigio público en medios de prensa y televisión».
Esta versión choca frontalmente con la información facilitada hasta la fecha por el equipo del arzobispo y comisario pontificio, Mario Iceta. Solo en facturas impagadas, las clarisas deben 42.000 euros, a lo que hay que sumar el pago de las nóminas de los trabajadores, así como la hipoteca que pesaría sobre el convento bilbaíno de Derio.
Lo cierto es que, según ha podido confirmar este diario, las cuentas estaban al día hasta que hace doce años sor Isabel de la Trinidad fue elegida como abadesa. «La madre dejó unas finanzas más que saneadas, con austeridad y los pies en la tierra», explican fuentes eclesiales, que subrayan que el monasterio «era rentable». De hecho, habrían afrontado la compra del monasterio de Derio «sin riesgo alguno». Todo cambió con el relevo en el liderazgo de la comunidad. Hasta ese momento, sor Isabel se había ganado el respeto de sus hermanas por haber logrado atraer nuevas vocaciones. Sin embargo, a la vista está que sus dotes como gestora han llevado a su comunidad a una situación crítica.