Durante el primer semestre del 2024 una de las grandes dificultades que tuvo Nacional fue su escasa contundencia. Había convertido 33 goles en 17 partidos del Campeonato Uruguayo, una cifra que no es mala, pero que no fue suficiente como para darle más unidades ya que también en defensa recibía un buen número de tantos. Eso cambió en los últimos cuatro partidos, en los cuales anotó casi la mitad de esos tantos.
Luego de la derrota 3-0 sufrida ante Cerro por la primera fecha del Intermedio y aprovechando el paréntesis en la Copa Libertadores antes del inicio de los octavos de final, la dirigencia tricolor decidió dar un golpe de timón. Cesó a Álvaro Recoba y contrató a Martín Lasarte, lo cual le dio muy buenos frutos.
Más allá de que Nacional solo pudo descontarle 4 puntos a Peñarol en la Anual, lo que consiguió darle el entrenador que logró tres Campeonatos Uruguayos en la institución fue contundencia a la ofensiva y solidez a la retaguardia. En los cuatro partidos que lleva dirigidos el equipo convirtió 15 goles y solo recibió 1.
Muchos dicen: sí, pero hay que ver los rivales. Bueno, entonces veámoslos. A Cerro Largo lo venció 4-0 en Melo en este Intermedio y en el Apertura le había ganado 1-0 en el Gran Parque Central; con Rampla Juniors igualó 1-1 en el GPC y en el Apertura lo había goleado 6-2; a Danubio lo apabulló por 6-0 en Jardines y en el Apertura lo había derrotado 1-0 en el GPC y a Miramar Misiones le puso un 4-0 cuando antes lo había vencido 2-1 con un gol en el final del partido. Salvo el caso de Rampla, en todos los demás la comparación es altamente favorable.
El principal logro de Lasarte fue haber dotado de confianza a jugadores que no estaban rindiendo todo lo que podían; tales los casos, por ejemplo, de Leandro Lozano, Christian Oliva, Diego Zabala y sobre todo Antonio Galeano. El paraguayo ha sido la gran figura tricolor en los últimos encuentros con sus desbordes, sus combinaciones ofensivas con Lozano, sus asistencias, su explosión para sacar contraataques y sus goles, en los cuales demostró posicionamiento, olfato de pescador, velocidad y una pegada infernal como en el tanto desde unos 35 metros que le anotó a Miramar Misiones en el último choque.
Justo es decir que lo de Galeano viene desde antes, porque en los últimos 11 partidos convirtió 6 goles, por lo cual con Recoba también venía siendo productivo. Sin embargo, con Lasarte ha conseguido ser un jugador más completo, porque desborda, se asocia, lanza y asiste, pues además de haber anotado el 2-0 fue el que profundizó para que Lozano entrara al área y le cometieran penal; lanzó y temporizó el contraataque hasta la llegada de Alexis Castro al que asistió para que el argentino definiera el 3-0; y fue el que desbordó, llegó hasta el fondo y puso la pelota para que Jeremía Recoba marcara el 4-0.
Galeano es el goleador de Nacional desde la llegada de Lasarte, pues anotó 4 goles: 1 a Cerro Largo, 2 a Danubio y 1 a Miramar. Pero haber despertado el poder goleador del paraguayo no es lo único que logró Lasarte; también un funcionamiento colectivo tal que ha permitido varias alternativas para llegar a la red rival.
En los últimos cuatro partidos han convertido 10 jugadores:
Del medio hacia adelante prácticamente marcaron todos, aunque llamativamente no lo ha hecho Carneiro, quien se perderá toda la temporada por lesión. Bentancourt, quien sufrió un desgarro que lo dejará varios partidos afuera, hizo uno y fue de penal, en tanto Santander aportó otro. Es decir: los centrodelanteros no son la esencia del gol en este Nacional y ese es un problema para las defensas rivales, porque no tienen una referencia clara de marca.
Este es otro equipo tricolor, muy distinto y más temible que el del primer semestre y por tanto más candidato a pelear por el Clausura y, por qué no, el Uruguayo.
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